Se trata de CLINbox, una construcción modular diseñada por Arcom, startup de innovación, para la producción de alimentos y cumple, de fábrica, con todas las exigencias requeridas por la Seremi de Salud, para asegurar la inocuidad de estos.
Un problema común entre los pequeños productores de alimentos es contar con la infraestructura requerida para formalizar sus negocios en la Seremi de Salud, por ejemplo: tener pisos impermeables y lavables, paredes de colores claros, y lavamanos, entre otros. La regulación es tan estricta que hasta la cantidad de luz que debe haber al interior del recinto está regulada.
Pero cumplir con los estándares de salud no es la única dificultad con la que deben lidiar. En localidades remotas deben enfrentar problemas de acceso vehicular, escasez de mano de obra y de materiales. Fue el caso de Izzamar Cayo, presidenta de la Cooperativa Norte Fresco, que agrupa jóvenes agricultores aymaras de los Valles de Lluta y Azapa (Región de Arica y Parinacota). Ella estuvo 2 años intentando coordinar el diseño y construcción de una sala de procesos para agregar valor a su cosecha, “pero siempre recibieron respuestas negativas, o propuestas que eran inviables económicamente”, detalla Natalia Sepúlveda, ingeniera agrónoma y CEO de ARCOM.
¿Cómo nace CLINbox?
Natalia Sepúlveda conoce bien los requisitos que les piden a los productores de alimentos. Por 10 años trabajó como jefa de Estudios y Marketing en la Asociación Gremial ChileCarne y era la encargada de promocionar la calidad de los productos agropecuarios que exporta Chile, con un fuerte foco en la inocuidad de la producción. “En mi experiencia, vi como las grandes empresas, que poseen mayores recursos, tienen departamentos completos enfocados en cumplir con los estándares exigidos tanto por la autoridad a nivel local como internacional. Ahí, comprendí el problema que podía resultar para los pequeños productores de alimentos el cumplir con un estándar similar”, opina.
Junto a Felipe Aravena, arquitecto especialista en construcción modular, se asociaron en la empresa ARCOM y decidieron juntos buscar una solución a los problemas de este sector. La idea era entregarles infraestructura que resolviera las exigencias sanitarias y de paso, fuera de fácil construcción y económica, en comparación con las alternativas de alto estándar que existen en el mercado. Conjugando todos estos factores y mezclando la innovación en arquitectura y agricultura, crearon CLINbox.
El diseño inicial surgió “luego de un arduo estudio teórico en primera instancia, donde entrevistamos al sector público asociado a la agricultura familiar campesina. Luego, fuimos a terreno, a conocer las necesidades de los agricultores. Visitamos a productores de queso, de frambuesas y flores, ubicados en la región de Los Ríos y del Maule, y conocimos in situ su experiencia y dificultades”, cuenta Aravena.
Cada CLINbox es producido bajo los más altos estándares de calidad, en la fábrica de ARCOM. Sus dimensiones pueden ir desde los 2×3 a los 3×12 metros y la infraestructura es en base a paneles compuestos por dos planchas de acero galvanizado, pintados al horno, de superficie lavable y resistente a la corrosión, con aislación térmica, de esta forma cumplen con la infraestructura para obtener la autorización sanitaria. Además, pueden ser modificados de acuerdo a las necesidades del productor, son livianos y escalables. “Nuestras salas de proceso están listas para usar”, cuenta el arquitecto. La entrega ocurre 60 días después de aprobada la propuesta y el traslado solo requiere “un carro de arrastre”.
“El productor de alimentos evita lidiar con todo lo que una construcción tradicional conlleva: polvo, ruido, escombros, ni tener que coordinar al arquitecto, al ingeniero en alimentos, el constructor, contratistas, transportistas, entre otros, porque nosotros lo hacemos por él, en nuestra fábrica, y con profesionales del mejor nivel”, agrega Aravena.
La línea productiva incluye salas de proceso y cocinas comunitarias, laboratorios, salas de producción indoor y dark kitchens. “Hemos fabricado CLINbox para diversos rubros: elaboración y maduración de quesos, frutas y hortalizas, extracción y envasado de aceite de oliva, salas para extracción y envasado de miel, producción de lácteos, cámaras de frío, etc., y hemos favorecido al menos a 100 familias productoras”, detalla Natalia Sepúlveda.
Actualmente, están recibiendo los reconocimientos por el trabajo de estos dos años. El 2021 fueron acelerados por AceleraLatam y Mujeres Empresarias, ganaron la convocatoria Impulso Chileno y en diciembre del año pasado fueron seleccionados dentro de las Top 10 empresas más innovadoras del Catálogo de Innovación Alimentaria de Chile, de la Red Transforma Alimentos y CORFO, ganando en la categoría Cadenas Productivas y Trazables. Son ganadores del programa Impulso Chileno IV otorgado por la Fundación Luksic y hoy, además, son finalistas del TECLA 5 de Caja Los Andes.
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