¿Te has preguntado cuánto contaminan tus acciones cotidianas? Según el informe «La Huella de Carbono y el desafío de las emisiones 2021” de BBVA, cada persona genera anualmente 4,48 toneladas de Dióxido de Carbono (CO2), una cifra considerable de la cual no hay plena consciencia ya que, por lo general, la contaminación suele ser asociada a grandes industrias, a pesar de que casi todas las actividades que realiza el ser humano generan emisiones de CO2.
Actualmente, si bien durante la pandemia la contaminación por este tipo de compuesto tuvo una baja, según el reciente estudio de Global Carbon Project, se estima que la cifra vuelva a aumentar y llegue hasta los 36.400 millones de toneladas de CO2 emitidas a nivel global.
En este contexto, el año pasado se llevó a cabo la 26a Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) donde se evaluaron los compromisos medioambientales adquiridos en el Acuerdo de Paris, con el fin de limitar el calentamiento global a finales de este siglo por debajo de los 2 ºC con respecto a los niveles preindustriales mediante la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
No obstante, esta es una tarea que no sólo requiere un esfuerzo en cuanto a políticas públicas y colaboración internacional, sino que también necesita de ciudadanos más conscientes y responsables sobre su propia huella de carbono y es precisamente ahí donde la tecnología puede jugar un rol relevante
Innovación para concientizar
Tanto empresas como instituciones están comenzando a implementar algunas aplicaciones o funcionalidades dentro de estas que permiten que los usuarios conozcan la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero en relación a su propio estilo de vida y así tengan mayor consciencia sobre cuan contaminantes pueden llegar a ser sus acciones cotidianas y qué hacer para reducir su impacto en el medioambiente.
Santander, por ejemplo, incorporó en su app una sección donde sus clientes puedenconocer la huella de carbono que se genera a partir de sus transacciones diarias como compras en supermercados, entretenimiento, transporte, combustible, shopping y servicios básicos, entre otros. Adicionalmente, también ofrecen la opción de compensar las emisiones de CO2 a través de «Bonos de Carbono», que apuntan a la conservación y reforestación de bosques, o mediante la donación a proyectos ambientales chilenos.
Otra iniciativa similar es la realizada por BBVA, quienes incorporaron una calculadora personal de la huella de carbono para sus clientes con el fin de fomentar el awareness respecto al impacto ambiental de las actividades que éstos realizan a diario y su equivalencia, incentivándolos mediante consejos e ideas prácticas para disminuir la contaminación generada.
En este sentido, el Desarrollador de Software de la empresa 3IT, Bryan Villa, señala: “Estamos en una era donde nos hemos encapsulado en la tecnología, es algo que consumimos todos los días y las plataformas digitales se han ido transformando en nuevos canales de información y educación. Por lo tanto, debería comenzar a innovarse más para concientizar a las personas en estas temáticas y eso se puede lograr a través de aplicaciones o software que poco a poco vayan entregándole información a los usuarios sobre los efectos que pueden tener sus acciones, como, por ejemplo, cuánto contamina una publicación en Twitter en términos de CO2. Creo que una vez que se comiencen a implementar este tipo de iniciativas, como las que ya hay en algunos bancos, será como un efecto dominó y se replicará en distintos sectores donde se apostará por innovar desde una perspectiva de responsabilidad social también”.
De esta forma, se ha comenzado a innovar en la industria mediante el uso de aplicaciones donde de manera complementaria se están convirtiendo en plataformas que contribuyen a promover una mayor consciencia en torno a la contaminación que genera cada persona y las soluciones que tiene a su disposición para actuar de forma más responsable y comprometida con el medio ambiente.
El cambio comienza por uno mismo
Si bien grandes empresas están empezando a implementar soluciones TI para colaborar en la reducción de la contaminación, también es necesario incentivar a la ciudadanía para que por sí misma actúe de forma más proactiva respecto al cuidado de nuestro planeta y, para ello, la tecnología puede ser una gran aliada.
Existen diversas aplicaciones gratuitas que se pueden descargar y que sirven, por ejemplo, para tener mayor conciencia respecto a la contaminación atmosférica, como «CleanSpace«, una especie de sensor inteligente que funciona de manera personal para monitorear la calidad del aire en un entorno y momento especifico, lo que permite evitar la exposición a lugares con mayor concentración de gases dañinos para la salud.
Otra app que puede ayudar a estar al día con información relevante sobre charlas y noticias relacionadas al cambio climático es «Negotiator«, la cual permite estar al tanto de transmisiones en vivo, conferencias de prensa, documentos y programas en función de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Y, por último, también hay aplicaciones como «GoodGuide» que permiten tomar decisiones de compra informadas en base a datos sobre la sostenibilidad de productos ya sean alimenticios, de belleza o mascotas, entre otros, los cuales son clasificados según su ciclo de vida e impacto ambiental. Además, esta app evalúa los ingredientes de los alimentos para categorizarlos según su nivel de riesgo para la salud y tiene en consideración la responsabilidad social de las compañías.
Cuando se trata de la contaminación de la Tierra y sus consecuencias como el calentamiento global, cada acción importa y la tecnología puede convertirse en una herramienta a través del cual se concientice a las personas sobre su propia huella de carbono y las medidas que pueden tomar para que sus acciones se transformen en prácticas que generen hábitos más sustentables y amigables con la Tierra.
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