Daniela Sáez Mahuida, ingeniera electrónica y líder femenina en STEM: «AMÉ LA ROBÓTICA DESDE EL PRIMER MOMENTO»

Daniela Saéz Mahuida

La pasión por la tecnología llevó a Daniela Saéz Mahuida a estudiar ingeniería electrónica. Pero su vocación creció más allá de los límites de esta disciplina. Por eso, desde hace años sigue un camino como activista STEAM, difundiendo el valor de la participación de la mujer en ciencia, tecnología, ingeniería, y matemática, inspirando a niñas, jóvenes y mujeres. Esta es su valiosa visión y experiencia.

Por: Hortencia Fritz A.

Encontrar un propósito con “letras grandes” y asumirlo como un gran compromiso es un desafío mayor. En general, es un anhelo que no todos alcanzan a corta edad. Pero, Daniela Sáez Mahuida fue descubriendo su interés por la tecnología y su vocación creció más allá de su disciplina. Esta joven ingeniera electrónica sigue un camino como activista STEAM, difundiendo el valor de la participación de la mujer en ciencia, tecnología, ingeniería y matemática, inspirando a niñas, jóvenes y mujeres.

Daniela trabaja en la ONG Innovacien, donde se realizan capacitaciones en tecnología para emprendedoras y escolares en distintas áreas de interés. Pero, además lleva una intensa agenda. De hecho, a comienzos de 2022, la joven participó en el programa AcelerameTech, enfocado en emprendimientos femeninos con base científico-tecnológica, y en pocos días más viajará a España como seleccionada para asistir a un programa de liderazgo iberoamericano, organizado por la Fundación Pablo VI, a efectuarse en Madrid. La experiencia durará tres semanas y estará enfocada en conectar a otras líderes de gran parte del mundo.

La ingeniera también participa como voluntaria de Ingeniosas. Es Embajadora de Mujeres en la Industria y de One Young World. Además, efectúa talleres y charlas en varias organizaciones en temas de programación, ciencias y tecnología para niñas y mujeres. En paralelo, en 2021 fue galardonada en la primera versión de 25 Mujeres en la Ciencias en América Latina de 3M.

Así, Daniela avanza en el desafío de inspirar a las generaciones actuales y futuras en aquello que le encanta desde los 12 años. “Me cambié de colegio, y justo abrieron un taller de robótica, pero en 2008 esto no era nada común, menos había dinero para contratar a un profesor que nos enseñara a programar en un liceo municipal. Es por eso que las inscritas en el taller tuvimos que aprender desde internet y así enseñarles a quienes se integraban”, rememora Daniela. 

Ese fue su primer acercamiento a un computador y a internet. “Recuerdo que amé la robótica desde el primer momento, pero no fue hasta los 15 años, cuando hice un robot para personas ciegas y fui a hacer las primeras pruebas, cuando siento que definí que quería hacer con mi vida. En esa oportunidad, las personas se pusieron a llorar de la emoción cuando probaron mi invento y me di cuenta el poder que tiene la tecnología en poder mejorar la calidad de vida”, reconoce la joven.

¿Qué te impulsa a motivar a las niñas, adolescentes y mujeres a desarrollarse en las áreas STEAM?

Creo que es porque no quiero que las futuras generaciones tengan el camino tan difícil como yo lo tuve. No me siento tan mayor, pero cuando estaba en el liceo era súper común que en las ferias científicas me preguntaran «Oye, y ¿dónde está tu papá? Apuesto que él hizo este robot» o apelando a algún hombre que me había hecho el robot, como que no podían creer que yo podía hacer algo con tecnología por el solo hecho de ser mujer.

También recuerdo sus caras de frustración en cuando les comentaba que mi papá trabajaba en la construcción y no sabía nada de robótica, o cuando salía mi profe y les decía que yo había hecho sola el robot. El tema de la discriminación por ser mujer en tecnología siguió incluso en la universidad.

Pienso que las mujeres tenemos muchísimo que aportar a estas áreas. Siento que hombres y mujeres deben ser partícipes de tomar las decisiones que nos afectarán en el futuro, pero lamentablemente cuando yo estudie Ing. Electrónica, éramos dos mujeres en un curso de 50 hombres, y son esas las proporciones en casi todas las carreras en ciencias y tecnologías. Entre las creencias que debemos cambiar se dice: «Son carreras de hombres»; «No hay espacio para las mujeres»; «Tienen muchas matemáticas» y otras razones que nos hacen pensar que estudiar esas carreras está mal.

A tu juicio, ¿Cuáles son las principales brechas o desafíos para generar más y mejores oportunidades para todas?

Hay que comenzar a trabajar desde temprana edad, empoderando a las niñas y jóvenes, haciéndoles ver que ellas sí pueden ser buenas en matemática; que no hay carreras de hombres o de mujeres; sacar los prejuicios y eso es lo más difícil, es decir, eliminar los prejuicios desde las salas de clases. A veces sin querer, los profesores aumentan esas brechas.

La publicidad puede ayudar muchísimo a reducir las brechas de género. Desde pequeñas vemos que las mujeres son las cuidadoras de muñecos, mientras los varones son los científicos, o los que juegan con robots o tecnología en general. Siento que son cosas quizás mínimas, pero cuando uno no se cuestiona, la brecha se aumenta y aumenta con el tiempo, ya que desde la primera infancia se nos excluye de estas áreas.

¿Qué rol juegan los liderazgos femeninos en el proceso de cambio cultural que puede abrir más espacios para el desarrollo de la mujer en STEAM?

En esta etapa, es sumamente importante tener líderes fuertes en las áreas STEAM. Yo aun me siento muy joven y espero desarrollarme como una role model fuerte para mujeres que quieran seguir en estas áreas, pero en nuestro país aún no sabemos las grandes científicas o emprendedoras que tenemos. Mi role model a seguir es Carolina Arce, quien es cofundadora de U-planner. De hecho, ella fue la razón por la que soy voluntaria de Ingeniosas. También tenemos a Komal Dadlani; Sabrina Sepúlveda y tantas otras bacanas que están cambiando el mundo desde áreas comúnmente masculinizadas. Creo que falta dar protagonismo a las líderes de hoy, sin desmerecer los ejemplos que siempre nos dan de la gran Marie Curie u otras científicas/investigadoras de antaño que quizás son inalcanzables.

En esa línea, ¿Qué avances se pueden destacar? ¿Qué has podido observar?

Hay acciones desde el ámbito público y privado para incluir estrategias de equidad de género en sus equipos. De hecho, en algunas empresas de tecnología están haciendo esfuerzos por tener en cargos importantes una cantidad paritaria entre hombres y mujeres, porque entienden que la diversidad genera muchos beneficios. También en las universidades tienen algunas becas o ingresos especiales para incentivar a las jóvenes a elegir carreras enfocadas en áreas STEAM. Sinceramente, espero que más adelante no necesitemos ingresos especiales o cuotas de género para que este tema sea paritario y ya no se diga que la tecnología es más de hombres que de mujeres. A veces pensamos que esto es algo lejano y realmente más y más cosas están utilizando estas tecnologías. La invitación es que seamos parte, puede ser estudiando y ejerciendo en estas áreas o simplemente informándote, teniendo un hobbie relacionado o aprendiendo algún lenguaje de programación, aunque sea un «Hello World». Se cree que en el futuro saber programación será tan importante como saber inglés para desarrollar cualquier carrera.

La experiencia de Ingeniosas y otras acciones

¿Cuál es el propósito de esta iniciativa? ¿Cuál es la forma de acercar estos temas a las niñas y las jóvenes?

En Ingeniosas comencé a desarrollarme como exponente de estos temas y es donde soy una orgullosa voluntaria. Ingeniosas nace desde otra institución internacional, que ayuda a mujeres con sus emprendimientos tecnológicos/científicos, pero el equipo de Chile se dio cuenta de un problema aún mayor, porque no había tantas mujeres en tecnología y ciencias. Es por esto que, gracias a un estudio, se determinó que el problema viene desde la primera infancia y se perpetúa en la adolescencia. En algún punto, las niñas se desencantan con estos temas y no estudian carreras relacionadas. Así que los esfuerzos de Ingeniosas están enfocados en motivar y mostrarles a las niñas y jóvenes que ellas sí pueden hacer y aprender de las áreas STEAM, a través de talleres, charlas y programas. Involucrando, no solamente a las niñas y jóvenes, sino que también a profesores, padres y/o tutores, empresas, gobiernos y comunidad en general. Es un trabajo arduo y me llena de orgullo decir que soy voluntaria desde el primer día.

¿Cuál ha sido tu experiencia en el rol de embajadora de mujeres en la industria y tu participación en One Young World?

Dentro de mujeres en la industria me ha sorprendido el tema del interés actual que existe de mujeres de todas las edades y áreas por aprender, por ejemplo, nociones básicas de programación. Ya sea para reinventarse, estar actualizadas o adquirir nuevos conocimientos. Y la experiencia en One Young World es bastante potente, ya que solo por ser parte de esta red internacional, se abren muchas oportunidades y las redes de networking de verdad son impresionantes. Ver que tantas personas quieren cambiar un poco el mundo y hacerlo un lugar mejor motiva muchísimo a seguir en este camino y no bajar los brazos. Ser embajadora es una gran responsabilidad, pero lo que uno da a las comunidades a mí me hace feliz, ya que siento que puedo contribuir a que más personas se den cuenta de lo hermoso que pueden ser las tecnologías si se enfocan con sentido.

Conoce nuestro especial del Día Internacional de la Mujer aquí.

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