Según un estudio de la CMF, estamos en el puesto 34 de 37 países de la OCDE en cuanto al porcentaje de mujeres en cargos de responsabilidad en empresas. Muy lejos de países como Francia, donde ya se registra un 45% de mujeres en directorios.
Los últimos años han estado destinados a diversas campañas, leyes, políticas y hasta manifestaciones, que impulsan y fomentan el empoderamiento y equidad de la mujer en diversos ámbitos. Una lucha que no ha quedado exenta del plano laboral, donde también se ha buscado posicionar al género femenino en espacios que, por años, las mujeres han sido excluidas.
Ejemplo de la búsqueda por la representatividad femenina en lo laboral, es la Ley 21.356 publicada a mediados del año pasado, la que establece la representación de género en los directorios de determinadas empresas públicas creadas por ley o en las que el Estado posea una participación superior al 50%, a través de Corfo, para que cumplan con una cuota de género.
Así, las empresas han reivindicado el rol de la mujer, dejando de lado la discriminación o estigmatización del género. Esto también lo demuestra la última versión del Ranking IMAD 2021, realizado por Mujeres Empresarias junto a la Dirección de Estudios Sociales de la Pontificia Universidad Católica (DESUC), donde como principal resultado, se reveló que la participación de mujeres en cargos de responsabilidad en las empresas en Chile pasó de 13% en 2017 a un 22% en 2021.
La medición asegura, además, que un 79% de las empresas cuenta con mujeres en las primeras líneas gerenciales, y un 84% tiene al menos una mujer en sus directorios, lo cual ha significado un avance significativo, tomando en cuenta que en la primera medición (2017) solo un 42% de las compañías contaba con presencia femenina en este nivel.
Según Valentina Latapiat, analista de Personas de la Agencia de Sostenibilidad Proyecta Impacto, además de los beneficios para la sociedad al reivindicar el género, también hay beneficios empresariales. Según la experta, se ha visto en el desempeño de la mayoría de las mujeres, que existe mayor desarrollo y facilidad frente a la realización de diversas tareas a la vez (mutitasking), lo cual resulta favorable, sobre todo al estar a cargo o en un puesto importante, ya que con ello se pueden cubrir diversas tareas.
“Las mujeres suelen tener gran poder creativo, aportando continuamente con nuevas ideas y nuevas perspectivas, lo cual nos lleva a otra competencia importante en ellas, la capacidad de abarcar la mayoría de las aristas de una problemática o temática. Por último, las mujeres, tienden a ser más contenedoras y empáticas de manera natural y espontánea, lo cual conlleva a que los trabajadores y trabajadoras perciban esta sensación como apoyo y comprensión hacia ellos, creando así, vínculos laborales basados en la confianza y el apoyo”, agrega la experta.
Cifras que dan cuenta del avance en la temática, pero que aún tiene desafíos por cumplir como lo es la igualdad salarial, y el avance en propuestas suficientes que permitan que las mujeres no solo se queden con la motivación de tomar cargos de responsabilidad. Según Latapiat, “Si queremos fomentar estos cargos en mujeres, primero, debemos adoptar medidas que realmente atiendan y respeten sus necesidades y estados, desde los ciclos propios de la mujer, hasta sus posibilidades de crecimiento y desarrollo dentro de su lugar de trabajo. De esta manera, el desafío de tomar estos cargos resulta más atractivo, generando por tanto, un real sentido de pertenencia y de satisfacción laboral”.
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