En el marco de la colaboración entre el Ministerio del Medio Ambiente, Fundación Chile e IPChile, dos sedes del instituto profesional se unieron a la campaña Renchúfate, para la recolección y valorización de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE).
La acción busca crear conciencia en la comunidad educativa respecto a la problemática de los RAEE, de los que en Chile sólo se recicla un 3,4% por canales formales, predominando la recolección desde empresas.
“Por un Chile sin residuos electrónicos” es el llamado de la campaña Renchúfate impulsada por Fundación Chile, a la que se sumó IPChile. Entre el 11 y 14 de octubre, la comunidad de esta institución pudo disponer sus RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos) en depósitos instalados en las sedes de República y La Serena.
La campaña es parte de la colaboración entre IPChile, el Ministerio del Medio Ambiente y Fundación Chile, en el marco del Proyecto Residuos-E, que busca fortalecer las iniciativas en torno al manejo adecuado de RAEE, siendo la sensibilización y la acción ciudadana fundamentales para el logro de ese propósito.
Desde IPChile, manifiestan su compromiso con el incentivo a la recolección de RAEE: “Como IPChile y Escuela de Procesos Industriales y Recursos Naturales, nos enorgullece participar en iniciativas como Renchúfate, en conjunto con el Ministerio del Medioambiente y Fundación Chile. En nuestra institución de Educación Superior, trabajamos en el cuidado del medio ambiente, educando a la comunidad sobre la importancia de generar acciones que aporten a la reducción del calentamiento global”, sostiene la directora de la Escuela de Procesos Industriales y Recursos Naturales, Tania Claramunt.
La directora agrega que “esta campaña de reciclaje, que realizamos en las sedes La Serena y República, se enmarca en un ciclo de diversos seminarios web sobre las consecuencias que genera en los seres humanos una gestión no responsable de residuos electrónicos”.
En tanto, Karien Volker, subgerente de Consumo y Producción Sustentable de Fundación Chile, destaca que “los sistemas de educación y formación técnico-profesional son clave para implementar la Economía Circular, que se presenta como una nueva forma de producir y consumir de una manera respetuosa con el ambiente”.
Explica que “dentro de nuestras líneas de trabajo con IPChile, lanzamos esta campaña, cuyo propósito es sensibilizarnos sobre el desafío que tenemos como país en torno al reciclaje de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, y de cómo podemos colaborar como ciudadanos a mejorar nuestros patrones de consumo de estas tecnologías, que son los residuos que más están creciendo a nivel mundial”.
La campaña de recolección abarcó todo tipo de residuos eléctricos y electrónicos (con la excepción de ampolletas), los que serán valorizados por la empresa Pañiwe, expertos en reciclaje y gestión autorizada de residuos eléctricos y electrónicos.
Acción ciudadana para la recolección de RAEE
Menos de un 20% de los RAEE generados a nivel mundial son recolectados por medios formales, por lo que cerca de un 80% de todos estos residuos termina en un destino desconocido. Las cifras en Chile son aún más críticas, con sólo un 3,4% de reciclaje a través de canales formales, siendo las empresas las que principalmente los utilizan para gestionar sus residuos. De ahí que Renchúfate esté dirigido a crear conciencia ciudadana respecto a la problemática, en un escenario de creciente generación de residuos tecnológicos.
Entre las actividades de Renchúfate, se cuenta la campaña realizada en colegios en alianza con Kyklos, a través de la plataforma online Interescolar Ambiental, y la que actualmente se está desarrollando con la Municipalidad de Maipú para la recolección de RAEE y la sensibilización de su comunidad sobre estos residuos.
Al año 2022, se estiman en 185.404 toneladas los RAEE generados a nivel nacional, proyectándose que para el año 2030 los residuos llegarán a 258.625 toneladas. “Esto quiere decir que, durante este año, desconocemos dónde han ido a parar 179 mil toneladas de RAEE, residuos que contiene plomo, cadmio, entre otros elementos tóxicos, con las consecuencias y daño ambiental que esto ocasiona, contaminando suelos, agua, aire y, por supuesto, afectando a nuestra propia salud. Es hora de poner acción”, enfatiza Norma Plaza, profesional de la Oficina de Economía Circular del Ministerio del Medio Ambiente.