Por Álvaro Paredes, data scientist de Data Observatory
Por allá en 1970 la ONU instauró el Día Internacional de la Tierra (22 de abril), fecha que busca concientizar a la humanidad sobre los problemas generados por la superpoblación, la contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales. Es esencial reconocer el llamado urgente a la acción para la protección y restauración de los ecosistemas de nuestro planeta, un llamado que ha sido realizado innumerables veces por la comunidad científica.
Hoy en día enfrentamos varios desafíos ecológicos y de políticas públicas, siendo el cambio climático el principal problema. Los expertos en la materia concuerdan en que debemos actuar con la mayor celeridad posible si es que queremos evitar una catástrofe para el planeta y la humanidad. En ese aspecto, la ciencia de datos y la teledetección son excelentes herramientas que pueden ser usadas para ayudar a mitigar los efectos negativos del cambio climático y por qué no, pensar si no en revertirlos, al menos en frenarlos.
La ciencia de datos, junto con las herramientas de inteligencia artificial, tienen un enorme potencial y capacidad para manejar grandes cantidades de información, lo que en la teledetección es fundamental, dado que se procesan grandes volúmenes de imágenes. Con el paso del tiempo, este volumen de datos irá en aumento de manera exponencial, a medida que nuevos sensores más potentes y con mejor resolución sean puestos en marcha y sus datos accedidos por la comunidad.
El avance de la ciencia y la tecnología ha permitido el desarrollo de una gran gama de modelos cada vez más eficientes y sofisticados, como el de reconocimiento de imágenes, los cuales pueden detectar patrones, rastrear cambios y encontrar anomalías en conjuntos de datos ecológicos y ambientales. Nuevos modelos también nos están permitiendo tener una mejor comprensión de los ecosistemas de nuestro planeta, lo que sumado con las herramientas de monitoreo de cambios y tendencias a lo largo del tiempo, puede generar una rica y completa fuente de información que luego puede ser utilizado por tomadores de decisiones para dirigir las políticas públicas y los esfuerzos de conservación. Al fin y al cabo, necesitamos una economía sostenible que funcione tanto para las personas como para nuestra Tierra.
Una de las herramientas a destacar es Data Cube Chile, la cual combina la teledetección y el análisis de datos geoespaciales a gran escala, gracias a su enorme flexibilidad y capacidad, que le permite sostener cualquier tipo de estudio que un investigador desee realizar; desde un simple análisis visual, hasta el uso de herramientas de inteligencia artificial. Al mismo tiempo, permite la carga de diferentes productos, desde imágenes satelitales hasta imágenes de vehículos aéreos no tripulados, lo cual proporciona una potente personalización de productos. Con Data Cube Chile ya se han desarrollado iniciativas para el monitoreo de incendios y humedales, y este año esperamos sumar otras de interés para la conservación de nuestros recursos naturales y el desarrollo de políticas públicas.
Tenemos un desafío importante por delante y tenemos la responsabilidad de utilizar todo lo que la humanidad tenga a su alcance para evitar una catástrofe. Las tecnología como las descritas tienen un papel fundamental en ello. Nos queda poco tiempo.
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