Por Álvaro Oliver, Gerente de Operaciones AyT (Ambiente y Tecnología), empresa chilena líder en el mercado de la instrumentación ambiental en nuestro país y América Latina.
Como Gerente de Operaciones, mi principal desafío es procurar que los distintos servicios que la empresa ofrece se ejecuten de manera expedita, coordinada y eficiente. Cuando llegué, hace unos 9 años, el negocio de AyT se centraba en el servicio de mantenimiento de estaciones de Emisiones y de Calidad del Aire y, mi misión era apoyar en la gestión y supervisión de los proyectos de construcción y puesta en marcha de las estaciones nuevas. Hoy en día, además de contar con técnicos de mantenimiento desplegados en el norte, centro y sur de Chile, tenemos también nuestro laboratorio de reparación y calibración acreditada de equipos, un área de monitoreo ambiental con especialistas que se dedican al análisis y validación de datos ambientales y, finalmente, la gerencia de TI, que desarrolla y da soporte a nuestras soluciones de software para adquisición y reporte de datos.
Es decir, hoy estamos involucrados en la cadena completa para la medición y reporte de datos ambientales y, a pesar de que cada una de estas áreas cuenta con un líder a cargo, que todos estos procesos ocurran de manera coordinada, eficiente y coherente ante el cliente y con la estrategia de la Empresa, involucra mucho trabajo en equipo, planificación y comunicación constante. Gran parte de mi tiempo consiste en generar y gestionar esas instancias de trabajo.
Desde el inicio, AyT ha participado en diversos proyectos con la industria minera. De hecho, uno de nuestros contratos más antiguos es el que tenemos con la mina Carmen de Andacollo, operada por la canadiense Teck, en donde hacemos mantenimiento periódico para 12 Estaciones de Calidad del Aire ubicadas al interior de la mina y a otras 4 estaciones que están distribuidas en los alrededores, todas construidas por AyT. Gracias a esta red de estaciones, los operadores de mina pueden saber cuándo realizar tronaduras en función de la dirección del viento, de manera de evitar que el polvo de estas detonaciones afecte a los más de 11000 habitantes de Andacollo, la pequeña ciudad al interior de la provincia del Elqui, que se ubica a solo 1.5 Km de la mina.
Otro proyecto a destacar en minería es la faena Nueva Victoria de SQM, en la región de Tarapacá. En este caso tenemos a cargo el mantenimiento, el monitoreo y la validación de los datos de sus estaciones de Calidad del Aire, las cuales permiten medir y controlar el impacto de sus procesos sobre las distintas comunidades, la flora y la fauna que habitan la Reserva Nacional Pampa del Tamarugal, aledaña a las operaciones de Nueva Victoria.
En los dos casos mencionados se trata de proyectos mineros que conviven con comunidades de pobladores, que comprenden y valoran la presencia de estas faenas como fuente de trabajo para sus habitantes pero, al mismo tiempo, demandan la protección de su entorno y la salud de las personas.
La habilitación de estas estaciones de medición permite a SQM monitorear, controlar y transparentar con las comunidades el impacto que estas faenas tienen sobre su población, pero más importante aún, el proceso continuo de monitoreo y validación de esta data por parte de un profesional permite sustentar la calidad de los datos y explicar la información que se entrega por medio de reportes diarios detallados, que incluyen un análisis de causa raíz para cada evento anómalo observado durante el día. Esto, por supuesto, añade credibilidad a la información entregada y ayuda a fomentar los lazos de confianza entre la Empresa y su entorno social.
La relevancia de la validación de datos para la minería
Las estaciones de monitoreo están compuestas por diferentes equipos que generan datos para uno o más parámetros medidos del ambiente. Estos datos provenientes directamente de la estación se conocen como datos crudos y por sí solos no tienen mayor valor a nivel normativo, ya que existen múltiples factores que pueden influir en la medición y por tanto, aún no son lo suficientemente fiables para ser usados en la toma de decisiones.
El trabajo de un profesional que valida datos consiste en analizar estas mediciones en busca de anomalías, cruzando esta información con la bitácora de operación de la estación, con registros de los procesos de operación en la mina y con los datos de otras estaciones aledañas durante el período medido. Con toda esta información como evidencia, el profesional clasifica cuales datos efectivamente corresponden a mediciones del proceso productivo y cuales corresponden a mediciones inválidas, por ejemplo, tomadas durante un mantenimiento de la estación o que provienen de un equipo en falla.
Este es el valor que aporta nuestro servicio de monitoreo y validación de datos. Permite darle contexto y sentido a la información que generan las estaciones de medición.
Desafíos y el futuro del rubro minero
Actualmente como AyT, tenemos varios desafíos en la materia. De acuerdo con la tendencia en aumento de nuevas normativas que la SMA ha venido publicando en los últimos años, se espera un aumento importante en la demanda por servicios de monitoreo y validación de datos. Hoy en día, por normativa, este proceso debe ser ejecutado de forma manual por tres personas, que validan la data medida a diferentes niveles. Esto asegura reportes con datos de muy buena calidad, no obstante, es un proceso bastante costoso y poco eficiente. Ahí tenemos un desafío importante por resolver para un futuro próximo, ¿cómo satisfacer esa demanda creciente por estos servicios de la forma más eficiente y sin afectar nuestra calidad?
En AyT estamos convencidos de que las actuales tecnologías de IA, en especial las técnicas de machine learning, son la herramienta ideal para hacer más eficientes estos procesos al mismo tiempo que pueden mejorar notablemente la calidad de los reportes, mediante el análisis profundo de la data es posible evidenciar anomalías o causas difíciles de pesquisar, incluso a ojos entrenados. Pero esto implica un doble desafío. Por un lado, en AyT queremos desarrollar esta tecnología de forma que sea compatible con la normativa vigente pero, además, la normativa de Calidad del Aire aún debe madurar lo suficiente como para permitir la plena adopción de estas tecnologías. Recién a partir de ese momento podremos explotar todo su potencial.
Respecto al futuro de la industria, en términos de uso de tecnología en sus procesos, la minería en Chile tiene realidades muy diversas dependiendo de su tamaño, pero entendiendo que estamos hablando de la gran minería de cobre en Chile, no me cabe duda de que ya están avanzando en este sentido. Las principales faenas extractivas públicas y privadas como Chuquicamata, El Teniente, Escondida o Collahuasi tienen procesos altamente automatizados, con sistemas de teleoperación e incluso sistemas autónomos como camiones de más de 100 toneladas que se conducen solos. Fueron pioneros en comenzar a implementar soluciones de Industria 4.0 (IIoT) y, aunque no estoy en conocimiento de algún proyecto particular, pienso que lo más probable es que ya estén poniendo a prueba las ventajas de la Inteligencia Artificial a diferentes niveles, tanto dentro como fuera del proceso productivo. Como AyT, esperamos en algún momento cercano poder poner nuestro granito de arena en este sentido, dentro de nuestro ámbito de acción.
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