El equipo del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO), ha culminado exitosamente la reciente expedición destinada a poner en marcha su novedoso sistema de observación del océano profundo para la investigación en geociencias, el cual ha sido instalado en la Fosa de Atacama, frente a la costa de Antofagasta.
Cabe recordar que, el citado observatorio de océano profundo, terremotos y tsunamis, llamado proyecto IDOOS (por sus siglas en inglés), fue adjudicado en el marco del I Concurso de Equipamiento Científico y Tecnológico Mayor FONDEQUIP. Éste es un potente proyecto multidisciplinar en el que participan el Instituto Milenio de Oceanografía (IMO) y las Universidades de Concepción, de Antofagasta, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y Austral de Chile -con la cooperación de GEOMAR (Centro Helmholtz para la Investigación del Océano de Kiel, Alemania) y de HADAL (Centro Danés para la Investigación Hadal en Odense, Dinamarca).
IDOOS será el primer sistema de observación anclado en el océano profundo, incluyendo la Fosa de Atacama, cuyo objetivo fundamental será estudiar tanto la estructura y variabilidad temporal de las condiciones físicas, geoquímicas y biológicas presentes en la zona, como la deformación del fondo marino con el transcurrir del tiempo. Este trabajo interdisciplinar -que aúna la Geofísica con la Oceanografía- permitirá detectar, cuantificar y comprender diferentes procesos que tienen lugar en estas grandes profundidades oceánicas. Adicionalmente, aportará la base científica futura que podrá utilizarse tanto como piedra angular para el establecimiento de un hipotético Sistema Nacional de Observación para el Cambio Climático -fundamental para la protección del ecosistema marino- como para implementar un eventual sistema de alerta temprana de terremotos y tsunamis, el cual permita estudiar el origen de éstos, cuestión fundamental para el conocimiento de este fenómeno tectónico característico de nuestro país.
A este respecto, el líder de la parte geofísica y geólogo, el Dr. Marcos Moreno, destacó como “a pesar de su vital importancia, el océano profundo sigue siendo uno de los lugares más desafiantes y menos explorados de la Tierra debido tanto a su lejanía como a los desafíos tecnológicos asociados con su investigación”, opinión compartida por el Dr. Óscar Pizarro, quien lidera la parte oceanográfica del proyecto y que también subrayó “lo inusual y el enorme desafío tecnológico que supone hacer mediciones en las zonas hadales debido a las altas presiones”. Sin embargo, y más allá de esta complejidad, el oceanógrafo expuso la necesidad para Chile “de instalar un observatorio que nos permita conocer la dinámica biogeoquímica y física de las aguas de la fosa de Atacama.”
El citado sistema de observación está compuesto por dos elementos principales:
– Por un lado, un conjunto de cinco sensores de presión e inclinación del fondo marino con la capacidad tanto de medir los desplazamientos verticales del piso oceánico como de hacer observaciones justo arriba donde ocurren los grandes
terremotos de subducción. Éstos, fueron instalados en febrero y abril del pasado año, y permitirán caracterizar los desplazamientos en el contacto de las placas; describiendo así los procesos que generan grandes terremotos.
– Por otro lado, un sistema de dos anclajes compuestos por un conjunto de sensores oceanográficos situados a profundidades de hasta 7.500 metros bajo el mar. Éstos -instalados de manera exitosa en el transcurso de la presente expedición permitirán registrar diferentes parámetros físicos y biogeoquímicos, como el movimiento del agua, la temperatura, la salinidad, la presión, el oxígeno disuelto y el CO2, así como las características de los sedimentos a través de la columna de agua.
Además, en esta oportunidad, los ingenieros y técnicos del IMO junto con el Centro de Instrumentación Oceanográfica (CIO), han diseñado un nuevo lander -vehículo autónomo no tripulado-. Éste supone un salto cualitativo y una mejora considerable respecto al mítico “Audacia”, el cual fue utilizado en la expedición Atacamex y consiguió posarse a una profundidad récord de más de 8.000 metros. A este respecto, el Dr. Pizarro, indicó que este nuevo vehículo “trae importantes mejoras que permitirán, recolectar organismos macroscópicos como peces, anfípodos y microorganismos aún no conocidos. Además, recolectará muestras de agua profunda y registrará diferentes datos como temperatura, salinidad, oxígeno disuelto y toma de imágenes en alta resolución”. Respecto a este último punto, hay que destacar que, el hecho de que este lander haya sido diseñado y fabricado íntegramente en Chile por IMO y CIO, dan cuenta del valioso capital humano existente en nuestro país y nos sitúan a la vanguardia no sólo de la exploración del océano abierto y profundo del Pacífico Sur Oriental, sino también del progreso tecnológico en materia de instrumental oceanográfico.
En definitiva, tal y como afirma el Dr. Pizarro “la puesta en marcha de este observatorio a pesar de constituir un gran desafío permitirá encontrar las respuestas a preguntas clave para entender las características del ambiente que sustenta la vida en estos lugares y como los grandes cambios que está experimentando nuestro planeta afectarán a estos ambientes”. En esta misma línea, el Dr. Moreno puso el acento en hasta qué punto “la integración de múltiples sensores oceanográficos y geofísicos proporcionará datos pioneros en Chile, permitiendo con ello abordar de manera interdisciplinaria procesos críticos, como el cambio climático, la conservación del delicado ecosistema del océano profundo y la comprensión de los procesos que dan lugar a terremotos y tsunamis en estas profundidades”.
Todo lo anterior, permitirá a nuestro país situarse en la frontera de la investigación oceanográfica y sismológica a nivel internacional, algo crucial para un país costero y sísmico como Chile. La contingencia del proyecto es lo que destaca el director ejecutivo del Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), Gonzalo Pereira, a la hora de subrayar la importancia de la colaboración y contribución de dicha agencia en la expedición y en el proyecto. A este respecto, hizo hincapié en “la importancia que tiene dentro de nuestros
objetivos estratégicos tener una mayor vinculación con las instituciones que hacen estudios oceanográficos, dada la implicancia que tiene con nuestras actividades y con otros ámbitos que son de nuestra preocupación, como los temas de cambio climático o de variabilidad climática (Niño y Niña), los cuales son de nuestro máximo interés en el presente”.