El martes 19 de diciembre, se efectuó la Gran Final Internacional de la Ocean Hackathon en Brest, Francia. En el evento, el colectivo liderado por estudiantes de la Universidad Austral, apoyado por la Embajada de Francia en Chile, el Instituto Francés de Chile e Inria Chile, obtuvo el segundo lugar con su iniciativa “Licencia para el Krill”, recibiendo un premio de 3.000 euros.
La final del Ocean Hackathon, certamen científico mundial que busca soluciones para los océanos, reunió este 19 de diciembre en Brest, Francia, a equipos internacionales con proyectos innovadores para abordar y resolver desafíos oceánicos. En la instancia, un colectivo chileno presentó su proyecto «Licencia para el Krill», con el que obtuvo el segundo lugar entre 13 finalistas provenientes de diferentes partes del mundo.
El equipo, liderado por Cristián Cofré y conformado por sus compañeros Dantes Arduam, Danilo Astorga, Octavio Mercado, Yanara Morgunovsky y Matilde Rivas, de la Universidad Austral de Chile, y Matilde Rivas, de la Universidad de Chile, llegó a la Gran Final Internacional de la Ocean Hackaton tras obtener el primer puesto en la versión nacional del torneo, que se desarrolló en la Universidad de Concepción el 17 y 18 de noviembre pasado, y que fue organizada por la Embajada de Francia en Chile, el Instituto Francés de Chile e Inria Chile.
“Licencia para el Krill” destacó por proponer un modelo biogeofísico de inteligencia artificial para gestionar los ecosistemas de este crustáceo, abordando así los riesgos que enfrenta el sistema oceánico para 2030. «Estamos felices de obtener este premio en el mundial de la Ocean Hackathon. Significa también el reconocimiento a un gran trabajo que no se ve, un trabajo hecho previamente durante todo el año en preparación de la idea y que tomó cuerpo en las 48 horas de la etapa local en Concepción», señaló Dantes Arduam, uno de los integrantes del equipo. Destacó además la motivación del equipo por seguir avanzando en el desafío de proteger los océanos. “Nuestra solución permitiría descongestionar las actuales zonas de pesca de krill, ayudando en la conservación del medio ambiente, por lo que continuaremos trabajando para mejorar nuestros resultados y establecer alianzas que permitan llevar a cabo nuestro proyecto”, dijo.
La Ocean Hackathon es una competencia internacional impulsada por el Campus Mondial de la Mer desde 2016, que reúne a la comunidad internacional en torno al océano y las ciencias digitales, y que busca soluciones innovadoras para abordar desafíos oceánicos y compartir conocimientos valiosos. En su octava versión, el evento ofreció una plataforma única para abordar cuestiones locales y proporcionar inspiración valiosa. Además del prestigio, el equipo chileno recibió un premio de 3.000 euros en reconocimiento a su destacado desempeño.
Tras conocerse este importante logro de los representantes nacionales, la directora de Inria Chile, Nayat Sánchez-Pi, quien participó como jurado del certamen mundial, resaltó que “este logro demuestra la capacidad de la comunidad científica chilena y el valor de la cooperación franco-chilena frente desafíos globales y en un ámbito que es clave para Chile, como son los océanos. Sin duda es motivo de gran orgullo para el país y el ecosistema de Inria”.
Patrick Flot, Consejero de Cooperación y Acción Cultural de la Embajada de Francia en Chile y Director del Instituto Francés de Chile, comenta: “Quiero expresar mis más sinceras felicitaciones al equipo chileno que se destacó en esta competencia internacional, en la cual compitieron los 13 finalistas, logrando el segundo puesto en la gran final en Francia. Este resultado es un testimonio del talento, compromiso y creatividad de los integrantes del equipo de la Universidad Austral por la preservación de los océanos y el manejo sostenible de sus recursos. Estamos muy orgullosos de impulsar esta iniciativa, reflejo de la prioridad que Francia otorga a la problemática”.
Conoce más sobre Licencias para el Krill
Dantes Arduam, explicó que “el krill es una de las especies más importantes que habita la península Austral, ya que los seres que habitan en esta zona, desde ballenas hasta pingüinos, lo consumen. Además, el krill se alimenta de algas que absorben el dióxido de carbono y que luego son posicionadas en el fondo del lecho marino. De esa forma, el krill contribuye a la alimentación de especies y a la descontaminación”.
Añadió que en la actualidad, por causa del calentamiento global y la pesca industrializada, la existencia del krill se encuentra en peligro. Frente a este problema, el equipo interdisciplinario presentó un modelo predictivo biogeofísico de Inteligencia Artificial (IA) que se encuentra desarrollando, basado en redes neuronales, para estimar la población de este pequeño crustáceo en la Antártica.
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