Por Claudio Oyarzún Fracei, gerente general de HumanNet – www.humannet.cl
Diciembre, enero y febrero son meses donde, tradicionalmente, muchos estudiantes de la educación superior- ya sea de universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica- suelen realizar su práctica profesional, instancia de entrenamiento o experiencia laboral donde la persona suele aplicar sus conocimientos en un entorno real de trabajo y, a la vez, desarrollar ciertas habilidades que son consideradas valiosas para su carrera.
Pero ¿cómo se puede enfrentar una práctica de trabajo en forma adecuada? ¿Qué cosas hay que considerar para tener un buen desempeño en ella?
Algunos consejos para quienes ya iniciaron este proceso o están a punto de comenzarlo son, entre otros:
- Tener buena disposición. Ser positivo y demostrar toda la voluntad de colaboración posible- sobre todo cuando hay mucha carga de trabajo- marca una diferencia, ya que esta actitud es muy valorada, pues contribuye al buen clima laboral y es contagiosa.
- Apertura a las críticas. El alumno en práctica debe asumir que se encuentra en pleno proceso de aprendizaje y es muy probable que durante esa etapa- que también es de inserción- surgirán críticas a su desempeño, las cuales al ser constructivas permiten corregir fallas y seguir avanzando en forma correcta.
- Ser humilde. Otra de las vías que ayudan a una persona a avanzar con éxito en su aprendizaje es la humildad, es decir, aquella virtud contraria a la soberbia, que permite a un individuo adquirir nuevos conocimientos o aceptar opiniones diferentes. Una manifestación de humildad, por ejemplo, es atender a los consejos y pedir ayuda.
- Ser responsable y comprometido. Esto es válido desde el primer día de la práctica profesional y hasta el término de ella. Hay que demostrar seriedad, interés, compromiso y motivación.
- Hacer notas de lo importante en libreta smartphone o tablet. Para evitar malos entendidos o confusiones, así como para tener presente datos que sean relevantes, es importante disponer de una libreta smartphone o tablet en donde se registre toda la información que sea crucial para realizar un buen trabajo y cumplir con lo esperado.
- Preguntar sin temor. Frente a las dudas o al desconocimiento, el practicante no debe sentir vergüenza o miedo para hacer consultas, ya sea a su tutor, jefe o compañeros de trabajo.
- Gran capacidad de escucha. Uno de los caminos más efectivos para aprender es prestar atención y enfocarse en las explicaciones, procedimientos y tips que se reciben para cumplir así con lo exigido en su práctica.
- Ser proactivo. Anticiparse a los hechos, antes que estos ocurran, es una cualidad muy apreciada hoy en las organizaciones, sobre todo cuando el entorno actual es tan cambiante. Por ello, atreverse a aportar con ideas y sugerencias, desde una actitud de respeto, por parte del practicante, es muy bien mirado y agrega valor a su desempeño.
- Solicitar feedback. Una de las vías que tiene todo practicante para saber sobre su desempeño es, justamente, solicitar algún tipo de retroalimentación o comentario que le permita saber sobre su desempeño, con miras a corregir ciertos aspectos y potenciar otros.
- Ser sociable. Los practicantes no sólo deben limitarse a tratar temas laborales con el resto de los miembros de la organización, sino que, además, tienen que participar y conversar con ellos en instancias como la hora de colación, por ejemplo. De esta manera, tendrán la oportunidad de abordar y opinar sobre diferentes temas y conocer mejor a sus compañeros de oficina o sección.
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