Por Ernesto Erdmann, CEO de ZeroQ
Con la digitalización de las operaciones, las empresas generan una gran cantidad de datos y, como dice el dicho, “la información es poder”. Por ello, el verdadero valor de los datos radica en la capacidad de leerlos y convertirlos en acciones. En dicho caso, la Inteligencia Artificial (IA) emerge como la llave maestra que desbloquea el potencial de dicha información, favoreciendo una toma de decisiones más eficiente y estratégica, es más, según una encuesta realizada por Trigger en 2023, el 80% de las empresas en Chile reconoce el análisis de datos como una herramienta esencial para su negocio.
¿Cuál es el desafío hoy? La verdadera capacidad analítica que tengamos para explotar el máximo potencial de la data, sumado al tiempo que dispongan las distintas áreas de una empresa para tomar medidas en base a la información.
Y es aquí donde la IA puede jugar un papel crucial, teniendo la capacidad de transformar datos en decisiones, lo que sumado al talento humano se puede traducir en proyecciones estratégicas a largo plazo. Al implementar algoritmos avanzados, aprendizaje automático y procesamiento de lenguaje natural, las empresas pueden analizar grandes cantidades de datos de manera rápida y precisa, lo que permite identificar patrones, tendencias y correlaciones que podrían pasar desapercibidos con métodos convencionales.
Un ejemplo de ello es el impacto que está teniendo la IA en la atención al cliente, donde los distintos servicios se han visto beneficiados de su capacidad para automatizar tareas analíticas complejas. Nuevas tecnologías han llegado para ser intermediarios entre la data y los tomadores de decisiones, permitiendo a los líderes de sucursal tomar decisiones accionables en tiempo real para hacer más eficiente la atención y el servicio al cliente. Esto se traduce en una reducción automática de los tiempos de espera hasta en un 80%, utilizando de manera eficiente los recursos disponibles.
En la era de la transformación digital, la generación masiva de datos es una realidad omnipresente. La tecnología, en particular la IA, se posiciona como el catalizador que permite aprovechar al máximo esta avalancha de información. Comprender que los datos son un poder de cambio radica en la habilidad para interpretarlos adecuadamente y utilizarlos estratégicamente para definir mejoras significativas, no solo para las empresas, sino también para la sociedad en la que nos desenvolvemos. La convergencia de la tecnología y la inteligencia humana se presenta como la fórmula para alcanzar el máximo potencial de la información y convertirla en decisiones estratégicas que impulsen el éxito empresarial y el progreso social.
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