El lunes 5 de febrero la base científica “Profesor Julio Escudero” cumplió 29 años. Fue inaugurada en 1995 en bahía Fildes, isla Rey Jorge, y su nombre recuerda al destacado jurista nacional que redactó el Decreto nº 1747 que fija los límites del Territorio Chileno Antártico y que tuvo, además, una importante participación en la redacción del Tratado Antártico.
Desde la construcción de sus módulos iniciales -que contó con el apoyo del Gobierno Regional de Magallanes- la base Escudero se ha convertido en un punto neurálgico para la investigación polar y la expansión del conocimiento científico y la comprensión del Continente Blanco. A lo largo de casi tres décadas, ha acogido a miles de personas dedicadas a la ciencia, logística, comunicaciones, cultura y política antártica, entre otras disciplinas, quienes han llevado a cabo proyectos en diversas áreas del conocimiento.
Más allá de su relevancia científica, la base ha desempeñado un papel fundamental en la colaboración internacional, facilitando proyectos conjuntos con otras naciones y promoviendo el intercambio de conocimientos entre científicos de todo el mundo.
“Es impresionante ver la transformación que ha tenido esta base desde sus comienzos; en mi caso la visité por primera vez en 2015 y los cambios tanto en el nivel de espacios de laboratorio como en la ciencia que se desarrolla acá son motivo de orgullo”, afirma el Dr. César Cárdenas, jefe de la base Escudero hasta hace pocos días, siendo sucedido por el biólogo marino Francisco Santa Cruz.
En la presente Expedición Científica Antártica (ECA 60) del INACH, la base alberga proyectos relacionados con biología marina, microbiología, oceanografía, meteorología y climatología, además de estudios de diversos organismos incluidos algas, esponjas marinas, peces, crustáceos y también plantas y hongos.