En líneas generales, afirmar que el diseño industrial y el arte guardan una estrecha relación ha generado en el pasado (y lo sigue haciendo en el presente) todo tipo de debates. Después de todo, se trata de una disciplina que guarda ciertas similitudes con el apartado artístico, aunque se diferencia en otros aspectos muy fundamentales. El diseño industrial pone la funcionalidad en primer plano, aunque esa vertiente artística suele estar presente de un modo u otro. Veamos, a continuación, en qué consiste exactamente, y cómo el arte y la funcionalidad se convierten en aspectos capaces de llevar un diseño a otro nivel.
Diseño industrial: de qué hablamos exactamente
Al hablar de diseño industrial, nos solemos referir a esa rama del diseño que se centra, sobre todo, en crear objetos que sean prácticos y funcionales, y que resulten accesibles para todo el mundo. La usabilidad o la eficiencia son aspectos muy relevantes en este campo, pero también lo es la ergonomía.
De este modo, los diseñadores buscan resolver problemas comunes de las personas y satisfacer sus necesidades. No obstante, ¿es la funcionalidad suficiente para obtener un buen diseño? Son muchos quienes piensan que no.
El arte, presente en el diseño industrial
Si nos atenemos, pues, a esta descripción, no tardamos en ver la diferencia básica que existe entre el diseño industrial y el arte: un enfoque totalmente utilitario. Y a esto, además, podemos sumar el hecho de que el diseño industrial busca crear diseños aptos para ser producidos en serie o, al menos, en grandes cantidades. No obstante, es habitual que el arte y el diseño industrial tengan puntos comunes en los que convergen a menudo. Después de todo, ambos son campos altamente creativos, de modo que explorar ideas es algo habitual en los dos casos.
El arte, de hecho, tiene mucho que aportar al diseño industrial, y no son pocos los diseñadores que han sabido aprovechar sus bondades para obtener resultados que destaquen por su funcionalidad, pero también por su originalidad o por su belleza. Dentro del sector de los casinos, el diseño y el arte se fusionan, y es ahí donde la relación se hace especialmente palpable. Esto se puede observar en las mesas de ruleta eclécticas, que no solo cumplen con su función primordial, sino que además añaden un toque de originalidad y belleza que les dan una sensación distinta al resto. No obstante, también podemos observar esto en los diseños de algunas piezas de mobiliario más emblemáticas de la historia.
Ejemplos que fusionan arte y funcionalidad
En realidad, hay quien se atreve a afirmar que el arte siempre ha estado presente en el diseño. Desde el mismo momento en que se busca que una silla sea bonita, o que una mesa tenga un estilo determinado, la vena artística está ahí. No obstante, es en el siglo XX donde encontramos algunos de los ejemplos más emblemáticos. La escuela Bauhaus, por ejemplo, sentó las bases del diseño industrial actual, y para ello recurrió a nombres de diferentes disciplinas, como el pintor Kandinsky.
Otro nombre a destacar, en este aspecto, es el del arquitecto Mies van der Rohe. Además de ser autor de algunos edificios emblemáticos, es quien aporta algunas de las piezas más icónicas del estilo mid century modern y que son muestras claras de fusión entre arte y funcionalidad.
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