Una especial alerta destaca la Dra. Lorena Castro, vicepresidenta de la Agrupación Chilena de Hepatología (ACHHEP), en cuanto al grupo de embarazadas, que representan el 20% de los casos notificados de hepatitis B en mujeres. Lamentablemente pone en riesgo al niño que está por nacer de contraer esta infección y desarrollar daño hepático crónico y cáncer hepático.
El 28 de julio se conmemoró un nuevo Día Mundial de las Hepatitis, fecha en la que las autoridades sanitarias buscan concientizar sobre las hepatitis virales crónicas que afectan a millones de personas en el mundo y muchas de ellas aún no lo saben. Desde la Organización Mundial de la Salud y a todo nivel, se está trabajando para intentar eliminar las hepatitis virales al 2030. La Agrupación Chilena de Hepatología (ACHHEP), filial de la Sociedad Chilena de Gastroenterología (SChGE), destacó el trabajo colaborativo que se impulsa junto al Ministerio de Salud para avanzar en la detección temprana de hepatitis c en población con factores de riesgo y de hepatitis B en embarazadas para evitar la transmisión vertical.
La hepatitis es una inflamación del hígado, causada comúnmente por infecciones virales. Existen cinco virus principales de la hepatitis, denominados como tipos A, B, C, D y E. En particular, los tipos B y C conducen a la enfermedad crónica y complicaciones como la cirrosis hepática y el cáncer hepático.
Según la Dra. Lorena Castro, vicepresidenta de ACHHEP, respecto a hepatitis virales del tipo C se ha desplegado un arduo esfuerzo en capacitación del personal clínico de atención primaria y médicos generales, así como en comunicación a la población general a través de videos educativos transmitidos en el metro y en salas de espera de consultorios. No obstante, aún resta trabajo para seguir buscando a aquellas personas con factores de riesgo que desconocen que portan el virus y siguen contagiando, o aquellas que no respondieron a tratamientos anteriores, y no han vuelto a control.
Una especial alerta destaca la Dra. Castro en cuanto al grupo de embarazadas, que representan el 20% de los casos notificados de hepatitis B en mujeres. Lamentablemente pone en riesgo al niño que está por nacer de contraer esta infección y desarrollar daño hepático crónico y cáncer hepático. » La forma de prevenir esto es hacer un examen de tamizaje por medio de una muestra de sangre en el primer trimestre de gestación. Esto es indicado por su ginecólogo(a) o matrón(a), de manera de impedir complicaciones futuras en el recién nacido. Se puede bajar la carga viral de la madre con tratamiento farmacológico, administrar la vacunación en las primeras horas y dar inmunoglobulina al recién nacido es decir anticuerpos preformados en el mismo momento lo cual previene la transmisión en el 95% de los casos», explica la gastroenteróloga.
En cuanto a hepatitis b en la población general adulta, el énfasis está en la vacunación, ya que tiene un 95% de eficacia. La principal vía de contagio es la sexual sin preservativo con personas infectadas con el virus. La población susceptible son los mayores de 19 años que no han sido incluidos en el plan de vacunación con el que se cuenta en Chile desde el 2005. En este sentido, la especialista añade: «Las personas con múltiples parejas sexuales, las/los trabajadores sexuales, las víctimas de violencia sexual, los portadores de VIH, los usuarios de drogas endovenosas, los dializados, el personal de salud y las personas que ya tienen una enfermedad del hígado, son sin duda el grupo de interés para ser vacunados».
En cuanto al virus C, Chile cuenta con tratamiento oral altamente efectivo de 3 meses de duración que logra curar la enfermedad en más de un 95% de los casos. «Necesitamos identificar a los que viven con el virus y no lo saben, ya que no manifiestan síntomas en etapas tempranas. Estamos buscando en la población de riesgo, mayores de 45 años con factores de riesgo como transfusiones antes de 1996, trasplantes de órganos antes de esa fecha, enfermedades crónicas como daño hepático, usuarios de drogas endovenosas, dializados, personas privadas de libertad o que viven con VIH. Basta con que se acerquen a cualquier consultorio u hospital, señalen que cumplen con alguno de estos factores de riesgo, y pidan hacer este examen de sangre que cuenta con garantía por ley. Solo de este modo podremos darles tratamiento, seguimiento y curar esta enfermedad antes de que se complique y se convierta en cirrosis o cáncer de hígado», concluyó la Dra. Castro.
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