Junto con multiplicar la recolección y valorización de plásticos, el proyecto “Fortalecimiento Red de Recolección con Recicladores de Base” permitió capacitar en clasificación de residuos a estudiantes y docentes de once establecimientos de San Antonio.
La iniciativa impulsada por el Pacto Chileno de los Plásticos y la Cooperativa de Recicladores de Base de San Antonio (Coremat), contó con el apoyo de la Municipalidad de San Antonio y será prontamente replicada en la comuna de Santo Domingo.
La recolección de 37 mil envases y más de 300 estudiantes y docentes capacitados en separación y clasificación de residuos son algunos de los resultados que ha obtenido en San Antonio el proyecto “Fortalecimiento Red de Recolección con Recicladores de Base”, implementado a través de la alianza entre el Pacto Chileno de los Plásticos, la cooperativa Coremat y el municipio de la ciudad puerto.
En el marco de la Ley REP, el piloto se centra en fomentar la cadena de recolección y valorización de aquellos plásticos que presentan mayores complejidades para su reciclaje actualmente, como son los flexibles (PE y PP) y los usados habitualmente para yogurt y postres (PS), lo que ha permitido sumar esfuerzos con Soprole, a través de su iniciativa “Sonrisa Circular”.
Según la directora del Pacto Chileno de Los Plásticos (PCP), Alejandra Kopaitic, «este piloto está demostrando que la integración de los recicladores de base en un sistema colaborativo de recolección y valorización de plásticos no solo es viable, sino que genera un impacto positivo en la comunidad, especialmente cuando se combina con la educación ambiental, en este caso en colegios de San Antonio”. Enfatiza que, “como Pacto, tenemos el compromiso de que un tercio del packaging plástico domiciliario y no domiciliario debe ser efectivamente reciclado, reusado o compostado para el 2025, y con este proyecto no sólo avanzamos en esa línea, sino que además trabajamos alineados a lo que será el rol de los GRANSIC con los recicladores de base en regiones”.
La articulación con Soprole, socio líder del Pacto Chileno de los Plásticos, generó un incentivo adicional para la participación de los escolares en la recolección, competencia que culminó con la Escuela Pre-Básica Peter Pan en el segundo lugar de toda la macrozona centro. Este establecimiento recibió tres millones de pesos en implementos tecnológicos o deportivos, incluyendo una mesa de pícnic fabricada con madera plástica. Sobre este premio, Alejandra Kopaitic indica que “fue fundamental el proyecto para que se concretara la participación de los colegios de San Antonio, dado que pudimos recolectar los residuos plásticos a través de la cooperativa Coremat y hacernos cargo del traslado”.
Por su parte, Sebastián Tagle, gerente general de Soprole, sostuvo que “uno de los objetivos de nuestro programa Soprole Sonrisa Circular es que los niños, niñas y adolescentes adquieran desde pequeños el hábito del reciclaje y que dimensionen el gran aporte medioambiental que esto significa. Estamos muy contentos de ser parte de estas iniciativas, porque nos permite darnos cuenta de que son cada vez más los estudiantes que buscan ser agentes de cambio para lograr un mejor planeta”.
Próximamente en Santo Domingo
Dados los buenos resultados de este piloto en San Antonio, el modelo propuesto también será implementado en la comuna vecina de Santo Domingo, según confirma Francisco Talguía, profesional de proyectos del Pacto Chileno de los Plásticos, quien destaca que “El modelo de trabajo colaborativo entre recicladores de base, municipio y los Grandes Sistemas de Gestión (GRANSIC), probado mediante este piloto, ha demostrado ser altamente efectivo, logrando -en la mitad de tiempo- recolectar más del doble de plásticos flexibles que el año anterior, destacando la eficiencia e impacto positivo de los recicladores de base”.
Talguía explica que “el proyecto ha permitido consolidar un modelo de trabajo replicable y escalable, en el que los recicladores de base no solo sean remunerados por la cantidad de material recolectado, sino también por el servicio de recolección y educación ambiental que brindan a la comunidad”. Señala que “la integración de los recicladores de base en la educación ambiental escolar ha sido un factor determinante en los logros alcanzados, permitiendo que los colegios de San Antonio recolecten un 12% del total de envases plásticos de poliestireno (PS) en la macrozona centro del país, en el marco del Desafío Sonrisa Circular de Soprole”.
Al respecto, el representante de la Cooperativa de Recicladores de Base de San Antonio (Coremat), Héctor Díaz, destaca que, a través de este proyecto, han podido “visibilizar lo que hacemos, porque nuestra labor es escondida y nos ven como el cartonero, el cachurero, el que busca en la basura. Esto permitió mostrar que este oficio tiene la misma dignidad que cualquier otro trabajo y, al comprenderlo, nos van entregando el material más segregado y limpio desde el origen. La educación ambiental que se hace en los colegios es un aprendizaje que los niños llevan a sus casas y eso se refleja en cómo nos llega después el material”.
Agrega que le dan un gran valor a la capacitación que tuvieron en las plantas productivas de Soprole, Inproplas y Cambiaso, donde pudieron interiorizarse sobre el proceso de valorización de los plásticos flexibles y PS que recolectan. “Nos permitió conocer el proceso completo, entender la circularidad del material, cómo llega al cliente final y después se procesa para volver a ser un plástico que se pueda utilizar”, comenta el representante de Coremat.
En Inproplas, los recicladores conocieron la planta de lavado de plásticos flexibles y el proceso de pelletización. En Soprole, observaron cómo los envases de yogurt (PS) se transforman en bandejas que la empresa luego reutiliza para transportar sus productos. Finalmente, en la planta de clasificación de Cambiaso, presenciaron el proceso de enfardado y selección de PE flexibles, que son convertidos en bolsas de aseo.
Una década de reciclaje municipal
“En San Antonio, tenemos una historia de reciclaje de 10 años, por lo que somos una de las municipalidades pioneras en estos temas y reciclamos gran cantidad de material”, asegura Karen Valenzuela, encargada del Departamento de Gestión Ambiental de la Municipalidad de San Antonio. No obstante, comenta que “hay residuos que todavía es muy complejo reciclar, sobre todo en plásticos como los flexibles y los envases de yogurt. En ese sentido, este proyecto nos ha apoyado como municipio al retiro y reciclaje de ese tipo de plásticos, que se genera mucho”.
También valora el trabajo que se ha hecho con los recicladores de base, a los que se les cedió un espacio para centro de acopio en la Municipalidad, “porque una de las grandes complicaciones de los recicladores en el país es que no tienen dónde acopiar”. Afirma que fue el compromiso de los recicladores el que facilitó que un colegio de San Antonio estuviera entre los ganadores del Desafío Sonrisa Circular: “Ellos se pusieron la camiseta y dijeron: ‘Tiene que ganar un colegio de acá’”.
Según Karen Valenzuela, el proyecto Fortalecimiento Red de Recolección con Recicladores de Base, “por donde lo mires es bueno: por el trabajo que se ha hecho con los recicladores, con las juntas de vecinos y con los colegios”.
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