Es crucial consumir café con moderación para evitar efectos adversos.
El café es una de las bebidas más consumidas en el mundo, que no solo deleita con su sabor y aroma, sino que también contiene una variedad de compuestos bioactivos que ofrecen tanto beneficios como riesgos para la salud.
Respecto a esto, Rodrigo Buhring, Director de Escuela de Pregrado de la Facultad de Medicina UCSC, explicó que “esta bebida está compuesta por nutrientes como proteínas, polisacáridos y minerales, además de contener importantes sustancias bioactivas. Entre ellas, la cafeína se destaca como un estimulante que mejora la atención y el estado de alerta. Otro componente clave es el ácido clorogénico, conocido por sus propiedades antioxidantes, que pueden ayudar a combatir el daño celular y tienen un potencial efecto positivo en la regulación del azúcar en sangre y la salud cardiovascular”.
El ácido clorogénico, en particular, ha sido objeto de estudios por su capacidad para combatir el daño celular causado por los radicales libres. El nutricionista señaló que “este compuesto podría ayudar a la regulación del azúcar en sangre y contribuir a la salud cardiovascular. Sin embargo, como cualquier alimento o bebida, es crucial consumir café con moderación para evitar efectos adversos”.
Diferencias según el tipo de café
Existen dos variedades de tipos de granos de café: Arábica y Robusta. Buhring sostuvo que “cuando se habla de café de especialidad, se considera fundamentalmente el grano Arábica, conocido por su equilibrio en sabor, olor, cuerpo y acidez. En el ámbito del café comercial, se considera principalmente el grano Robusta o una mezcla de ambos granos. El Robusta presenta un perfil organoléptico más marcado hacia sabores fuertes y amargos”, agregó.
Respecto a la composición química, las diferencias entre los granos no son tan significativas. El académico UCSC enfatizó que “por ejemplo, el café de grano Arábica contiene un poco menos de cafeína y ácido clorogénico, pero presenta más proteínas y lípidos en comparación con el Robusta”.
“En el mundo del café de especialidad, hay varias variables que pueden influir en la composición química y, especialmente, en el perfil organoléptico del café. Estas variables incluyen el país de origen, la zona y la altitud de cultivo, así como el tipo de tueste. Sin embargo, independientemente de estas diferencias, las propiedades deseables de un café están presentes en ambos tipos de grano”, incluyó.
Efectos negativos y positivos del café
El consumo de café se asocia tanto con efectos positivos como negativos que dependen del nivel de consumo, las condiciones individuales de cada persona y otros factores.
Entre los efectos positivos, el académico UCSC indicó que “se destaca su capacidad como antioxidante, protegiendo las células del estrés oxidativo, un factor relacionado con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas, renales, hepáticas y digestivas. Además, se han identificado propiedades antiinflamatorias”.
“Por otro lado, los efectos adversos pueden incluir insomnio, inquietud, alteraciones digestivas y aumento de la presión arterial. También puede estimular la liberación de ácido en el estómago, lo que puede provocar sensación de acidez y afectar la absorción de minerales como el calcio”, añadió.
Cabe destacar que puede tener efectos adversos para ciertos grupos de personas. El nutricionista recomendó que “las embarazadas y aquellas en etapa de lactancia mantengan su consumo por debajo de las cantidades habituales para evitar riesgos potenciales. Asimismo, los niños y adolescentes deben controlar su ingesta debido a su mayor sensibilidad a la cafeína”.
“Las personas con problemas cardíacos también deben evaluar si es necesario reducir su consumo o incluso restringirlo por completo. Es fundamental que cada individuo considere su situación personal y consulte con un profesional de la salud para recibir orientación sobre el consumo de café”, consideró.
¿Cuánto café se recomienda consumir?
Se ha demostrado que el consumo regular de café no representa un riesgo para la salud en condiciones normales. Pese a ello, el nutricionista afirmó que “la cantidad adecuada de café que se puede consumir diariamente sin exponerse a riesgos, depende del tipo de grano, la forma de preparación, y si se trata de café comercial (soluble) o de especialidad, así como del tipo de molienda y el tiempo de extracción. En general, se ha establecido que consumir menos de 400 mg de cafeína al día podría no representar un riesgo para la salud”.
Al considerar la cantidad de cafeína, es importante destacar que una taza de café de especialidad, ya sea de cafetería o preparado en casa con grano molido, contiene entre un 20% y un 30% más de cafeína que un café soluble comercial.
Buhring ejemplificó que “una taza de 250 ml de café soluble aporta aproximadamente 50 mg de cafeína, mientras que una taza de café preparado en una cafetera de filtro o goteo puede contener entre 90 y 130 mg. Con esta referencia, consumir de dos a tres tazas de café al día puede ser razonable, aunque esto varía según la persona”.
“Además, hay que tener en cuenta otros productos que también aportan cafeína, como el té, el mate y las bebidas energéticas. Dado que el efecto del café se siente entre 15 y 20 minutos después de su ingesta y puede durar de 3 a 4 horas, no es conveniente tomar café antes de dormir, ya que podría alterar el sueño”, cerró el académico.
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