José Arturo Urzúa, Director Ejecutivo en KEFA – MASSO. Master en Derecho de Energías Renovables y Medioambiente, U. de Denver, Estados Unidos.
La industria minera tiene hoy en nuestro país plena conciencia de la importancia del tema de la seguridad en su gestión, ello tanto por compromiso con sus colaboradores como también por las consecuencias que cualquier accidente tiene en sus costos y resultados. Un accidente es solo la punta visible del iceberg y normalmente son 40 ó 50 procesos los que se desvían y que se podrán ver afectados.
Producto de ello, tanto mediante la aplicación de la abundante normativa legal o reglamentaria, como a través de la generación de protocolos internos aun más exigentes, la industria ha ido transformando esta obligación/compromiso en una pesada carga, que se traduce en la necesidad de destinar entre un 20% y un 30% de la jornada laboral a aplicar protocolos y completar formularios, todo más encima hoy, en tiempos del Covid-19, con aglomeraciones y uso prescindible de papel y lápices que circula entre la gente. Una respuesta evidente para afrontar este problema surgió de forma más o menos rápida: transformación digital (TD), pero al parecer, no hay plena conciencia y entendimiento sobre lo que significa la TD y qué puede hacer y esperarse de ella.
El mercado ofrece muchas alternativas de almacenaje de información digitalizada y son muchos los que estiman estar en el estado del arte aplicando esta acción como si ello fuera TD; de hecho, la mera digitalización elimina la necesidad de almacenaje físico abundante, y facilita además el acceso a la información cuando se la puede requerir, pero la potencialidad de la TD es mucho más.
A través de la TD, un sistema que utilice elementos de IA puede administrar todos los procesos al interior de una mina, evitando islas de información generadas por la coexistencia de distintos sistemas que no se comunican entre sí, información que de otro modo podría quedar sin ser utilizada, o al menos utilizada oportunamente, por haber sido colectada por medios tradicionales o sin I.A., y solo quizás se la identificará en la investigación luego de que ocurra un siniestro. Esto, porque la información que se captura en papel o con una mera imagen, igualmente debe ser leída por una persona para que la interprete y adopte acciones en base a ella.
Cuando un sistema conlleva una verdadera TD del negocio, conjuga y utiliza la información que fluye en forma permanente al interior de la mina con el uso de elementos de IA, lo que permite que alguien – el sistema en este caso y no una persona – tome en consideración todas las variables e información y defina acciones frente a ello, generando alertas de desviación o instrucciones para prevenir o mitigar riesgos y desadaptaciones de los planes programados por quienes administran la mina. Lo anterior permite dedicar más tiempo a planificar mejor, en la certeza que esa planificación será efectiva y aplicada en el momento adecuado, y si no, que al menos se generarán alertas que eviten la producción de un siniestro o que una desviación avance y profundice un problema.
En consecuencia, la IA se ha vuelto muy importante en nuestra industria, porque permite transformar e integrar procesos y aplicarlos en la gestión, control y trazabilidad de cada uno de los pasos productivos de una organización o faena. La clave está en cómo se integran diversos sistemas como recursos humanos, logística, bodega o mantenimiento, por ejemplo, de una forma fácil para el usuario de primera línea, que es el que está enfrentado a los riesgos laborales para obtener resultados eficientes y seguros. El gran valor de la TD tiene relación con poder administrar toda la información – los riesgos – en forma continua, dinámica y amigable.
Este concepto es sumamente importante, porque todo el tiempo que se destina diariamente a la seguridad cuando no está siendo correctamente utilizada, afecta directamente y sin una adecuada compensación a la productividad, además de generar una resistencia adaptativa en las personas por el exceso de tiempos y protocolos dedicados a ello. La TD, junto a la IA, automatiza todo este proceso y lo hace fácil y rápido. Entonces, la gran oportunidad que se tiene hoy en día para avanzar de manera sustancial en seguridad, es a través de la TD y el uso de esa información a través de elementos de IA, todo lo cual permite realizar la gestión en línea, ahorrar recursos y mejorar la seguridad.
En este sentido, la plataforma Masso, desarrollada por la empresa nacional KEFA, se integra fácilmente con los sistemas vigentes en una empresa y evita que existan islas de datos; es tremendamente amigable y permite monitorear en línea cada uno de ellos, por lo que de forma autónoma entrega las posibles o probables desviaciones que podrían terminar en algún incidente. Generalmente la implementación de estas herramientas demora uno o dos años en poder estar a disposición del usuario, pero en Minera Antucoya ya estaban operando con Masso en cuatro meses después de su partida, lo cual es un cambio radical y que evidentemente genera beneficios directos en la productividad y la seguridad.
De acuerdo a la experiencia de la implementación de MASSO en Minera Centinela, con la tecnología que ofrece este sistema se logró romper el paradigma de que para obtener mayor seguridad se debía sacrificar la productividad, ya que MASSO logró conjugar ambos objetivos y potenciarlos en su conjunto. En palabras simples, Masso es una herramienta desarrollada específicamente para la minería que viene a suplir todas las necesidades que hoy existen en la industria, permitiendo inyectar de manera segura más velocidad a los procesos e impactar positivamente la productividad y las ganancias.
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