El experto explica que esta tecnología, que ya comenzó a utilizarse tímidamente en la educación escolar en el marco de la pandemia y las clases virtuales, permite darle a cada niño lo que necesita. “Tanto en los que van muy bien o son de altas capacidades para estimular y ampliar conocimientos, como para reforzar a los que van a un ritmo más lento, precisan refuerzo o incluso presentan trastornos de aprendizaje, como dislexia, Asperger, TDAH”, comenta.
Durante los dos últimos años ha quedado en evidencia la importancia de la tecnología en la formación educativa de niños y adolescentes del mundo entero, quienes se han adaptado a las clases virtuales como medida para no perder el año académico. Pero, ¿De qué manera se puede reforzar lo aprendido? Herramientas como la inteligencia artificial ofrecen programas educativos adaptados a las necesidades de cada estudiante, posibilitando la enseñanza multicanal, con una descentralización de los espacios educativos o la utilización de la realidad aumentada para ofrecer una experiencia educativa más integral, atractiva y profunda. “La IA permite atender la diversidad de los niños, a diferencia de lo que ocurre en las aulas tradicionales, por lo que todos los niños pueden aprender estas disciplinas que son básicas para su formación”, comenta Javier Arroyo, experto en educación virtual y co fundador de Smartick, método de aprendizaje virtual.
La gran ventaja de la IA es que permite comprender mejor el perfil de los estudiantes y sus necesidades, creando planes y actividades educativas eficientes e innovadoras que les permitan aprender de manera práctica y teórica al mismo tiempo, agilizar su atención e incluso detectar posibles casos de abandono escolar para actuar desde la prevención. “Es una forma de atender la diversidad de los niños, a diferencia de lo que ocurre en las aulas tradicionales, por lo que todos los niños pueden aprender estas disciplinas que son básicas para su formación, pero de manera personalizada”, señala el experto.
¿Cómo se puede definir la IA?
Como la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano. Se puede encontrar una analogía entre la inteligencia expresada por las máquinas y los procesadores, con la mente y el cerebro humano. Es decir, que una máquina “imita” las funciones cognitivas de los humanos. “A nosotros nos ha permitido realizar un diagnóstico muy preciso de qué sabe y qué no sabe cada niño. A partir de ahí diseñamos un plan de estudio a medida, únicamente con las áreas que no domina para que trabaje hasta llegar a dominarlas. Una vez que tenemos ya ese plan a medida somos capaces de ir adaptándolo en tiempo real, en función del comportamiento del niño”, destaca Arroyo.
Pese a que en Chile la digitalización ya es una realidad, queda camino por recorrer siendo uno de los principales retos en las empresas chilenas por la falta de profesionales especializados, lo que se está combatiendo tanto desde la formación universitaria capacitando expertos como empresas que forman a sus empleados u ofrecen programas o capacitaciones conjuntas universidad-empresa.