En una acción pionera en Chile, las nueve empresas participantes en el Acuerdo de Producción Limpia “Industria Láctea Procesadora Sustentable” se comprometieron a una serie de objetivos y metas, dentro de las cuales se inserta la debida diligencia. “Es definida como un proceso continuo, en el cual las empresas pueden identificar, evaluar, mitigar, prevenir e informar cómo abordan los impactos reales y potenciales de sus actividades, incluidas sus cadenas de suministro y otras relaciones comerciales, como parte integral de los sistemas de tomas de decisiones y de manejo de riesgos”, explicó la especialista Vanessa Maynou, asesora de la División de Conducta Empresarial Responsable de la Subsecretaría de Relaciones Económicas Internacionales (SUBREI)
En tanto, el presidente del Consorcio Lechero, Sergio Niklitschek, señaló que “hoy las empresas deben ser sustentables y, desde el Consorcio Lechero, nuestro propósito declara que queremos apoyar en este proceso a toda la cadena”, y añadió: “Por eso, tal como lo declara la OCDE, Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, en este Acuerdo de Producción Limpia desarrollamos acciones para consolidar una conducta empresarial responsable, en la cual se evita y aborda las consecuencias negativas de las operaciones”.
Por eso, mediante un taller virtual, representantes de las empresas de la industria láctea nacional adheridas al APL, que representan más del 85% del procesamiento lácteo en Chile, se capacitaron para integrar este concepto en sus acciones.
Desarrollo
«El instrumento Acuerdo permite anticiparse a las exigencias de mercado y reaccionar de forma proactiva, incorporando el concepto de debida diligencia de manera tangible en el APL del sector, siendo el primero de su tipo en Chile. De esta manera, se identificarán los riesgos y posibles impactos de la actividad productiva en los territorios en que están emplazadas las empresas del sector, estableciendo además un monitoreo y proponiendo medidas de mitigación», resaltó Johanna Guzmán, encargada nacional del Control y Supervisión de Acuerdos Voluntarios en la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático, institución que impulsa el APL junto al Consorcio Lechero.
En el encuentro virtual, Vanessa Maynou explicó que la debida diligencia contribuye a mejorar la gestión de la empresa, anticipando, previniendo o mitigando impactos negativos reales o potenciales. Para ello es importante conocer los grupos de interés internos y externos y sus expectativas como exigencias ante las empresas.
La OCDE recomienda implementar procesos de debida diligencia en ámbitos de la conducta empresarial responsable como derechos humanos, relaciones laborales, medio ambiente, anticorrupción, consumidores y transparencia (divulgación de la información).
Informó que la SUBREI presentó una herramienta de autoevaluación de conducta empresarial responsable, la cual es de fácil disposición, comprensión y sin costo (Link https://www.subrei.gob.cl/ejes-de-trabajo/cer/herramienta-de-autoevaluaci%C3%B3n-de-conducta-empresarial-responsable-ha-cer/)
Para el Agro
Sebastián Weber, profesional del CERALC-OIT, se refirió a la Guía OCDE-FAO para las cadenas de suministro responsable en el sector agrícola, la cual es de gran utilidad para un proceso de debida diligencia en las empresas y contribuye a establecer un marco y gestión de riesgos, revisando los posibles impactos para grupos de interés internos y externos.
Weber expuso que la debida diligencia es importante para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, en la cual se vincula a gran parte de ellos. “En el contexto actual, la Covid 19 ha creado retos en temas medioambientales, sociales y de derechos humanos. La debida diligencia ha reforzado la resiliencia, sobre todo en lo operativo y en la cadena de suministros”, subrayó.
La actualidad
Germán Zarama, Punto Focal OCDE – Conducta Empresarial Responsable en América Latina y el Caribe, realizó un resumen de los avances de la debida diligencia, donde resaltó que en Chile está presente en las guías sectoriales que permitan evaluar el cumplimiento de los derechos humanos, con especial énfasis en la gestión de la cadena de suministros. Junto a ello, presentó ejemplos de la Unión Europea, Estados Unidos y Australia, entre otros, donde se resalta temas como la transparencia en información como también en conducta desde las empresas.
“El tema está presente en el acuerdo UE Mercosur, en el capítulo de desarrollo sostenible y está entrando en la agenda en los acuerdos de comercio exterior”, resumió Zarama. El concepto presenta avances globales, con impacto en la mejora en procesos operacionales y mapeo de los riesgos. “Hacerlo hoy es una buena práctica y es muy bueno hacerlo en los acuerdos de producción limpia, como ocurre aquí en Chile con los lácteos en particular y que llegue a toda la cadena de suministros. Próximamente los invitaremos a hacer parte de un programa específico regional en el sector agrícola, para intercambiar experiencias e impulsar buenas prácticas”, concluyó.
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