En la región de La Araucanía, FIA e INIA, están desarrollando una iniciativa que apunta comerciales de esta especie en zonas de secano.
Los investigadores vaticinan que las condiciones climáticas se intensificarán los próximos años y por consecuencia Chile no se encuentra ajeno a esta realidad, muy por el contrario, es uno de los países que presenta mayor vulnerabilidad al aumento en las temperaturas y a la disminución de las precipitaciones.
Dado el impacto que se proyecta para el sector silvoagropecuario nacional, la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) junto a INIA Carillanca, están desarrollando una iniciativa en región de La Araucanía, que apunta a desarrollar un predio demostrativo de 600 metros2, con el cultivo de 10 líneas de híbridos y dos variedades comerciales de alfalfa cuya característica es ser resistente a la sequía y cultivada en condiciones de secano.
“Sabemos que la disponibilidad de agua va a ser cada vez menor, por lo tanto, hay que encontrar alternativas forrajeras que ayuden a tener alimento para los animales en estas nuevas condiciones de trabajo. Estas líneas que tenemos actualmente van a permitir tener una variedad comercial en un futuro y los ganaderos de la zona mediterránea y de secano obtendrán una alternativa para alimentar a sus animales”, explicó la Investigadora en forrajera de INIA Carillanca, Paulina Echeverría.
En tanto, el director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre indicó que “el cambio climático está acelerando todos los procesos de innovación, es por ello que hoy tenemos que trabajar de forma anticipada en buscar nuevos cultivos que sean capaces de adaptarse a climas cada vez más extremos. En ese sentido, con la iniciativa que estamos ejecutando con INIA, estamos trabajando en hacer frente al desafío de eficiencia hídrica y cambio climático, y esperamos obtener una alfalfa que soporte las condiciones de secano, con una producción promedio de hasta 12 toneladas de materia seca por hectárea”.
Actualmente, en el predio se han plantado semillas provenientes de España, Kazajistán, Australia y del altiplano chileno. Al respecto Echeverria agregó que “han presentado mejores resultados las dos líneas que son híbridos interespecíficos que vienen de la cruza de los materiales parentales, provenientes de zonas bastante secas o frías”.
La investigación proyecta un análisis y evaluación del cultivo por tres años, para posteriormente lanzar al mercado las nuevas variedades que buscan ser una alternativa para la suplementación alimentaria en verano o para la conservación de alimento en invierno tanto para equinos, vacunos y bovinos.
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