El sector agrícola chileno enfrenta el desafío de mantener su competitividad en un contexto de sequía prolongada. Una de las soluciones para mejorar el uso del agua es el riego por goteo subterráneo, una técnica que permite ahorrar entre un 18% y un 50% de agua, dependiendo del tipo de cultivo.
El uso de nuevas herramientas tecnológicas es fundamental para que el sector agrícola chileno mantenga su competitividad, en especial en materia de gestión hídrica. Nuestro país es considerado como la cuarta potencia frutícola del planeta, pero la sequía, que ha afectado a gran parte del territorio nacional en los últimos años, ha obligado a los productores a explorar nuevos sistemas para mantener este estatus.
La técnica de riego por goteo subterráneo es una de ellas. Este sistema consiste en la instalación de líneas de riego entre 25 y 40 centímetros de profundidad, aproximadamente, lo que permite que el agua llegue directamente a las raíces, reduciendo la evaporación y garantizando un suministro constante. Esta técnica ha demostrado ser efectiva en plantaciones de árboles frutales como nogales, avellanos y almendros en donde de facilita la cosecha mecanizada evitando labores de movimiento de líneas de riego previo a ella, así como en cultivos herbáceos como la alfalfa y el maíz, permite un ahorro de agua al mejorar la eficiencia de aplicación y minimiza la mano de obra destinada al riego de estos.
Entre sus beneficios destacan la estabilidad en el suministro hídrico, la mejora en la absorción de nutrientes y la reducción de la erosión del suelo. Además, al minimizar la humedad en la superficie, se limita el crecimiento de malezas y la propagación de enfermedades fúngicas, contribuyendo a una agricultura más sustentable y rentable.
«El riego por goteo subterráneo es una técnica que minimiza las perdida del agua por conceptos de evaporación, permitiendo importantes ahorros hídricos. En el caso de los árboles hablamos de una reducción del 18%, mientras que en alfalfa hemos cuantificado ahorros de hasta un 50%. Con estos niveles de eficiencia, los agricultores pueden enfrentar con mayor seguridad la temporada de riego e incluso aumentar su producción», explica Miguel Orellana, jefe de ventas de Netafim Chile, empresa que junto a la compañía especializada Dripsa ha desarrollado proyectos para la instalación de estas soluciones en predios frutales y alfalfa.
La instalación de este sistema requiere de maquinaria especializada para enterrar las líneas de riego a una profundidad y separación adecuadas, en función del tipo de suelo, las características del sistema radicular de las plantas. Además, se han incorporado avances como la tecnología anti sifón, que evita la succión de agua y suelo desde la zona circundante al gotero., prolongando la vida útil del sistema y reduciendo costos de mantenimiento. Dripsa junto a Netafim Chile, ha desarrollado proyectos ubicados en la región Metroplitana, de O’Higgins y de los Lagos, abarcando una superficie apoiximada a las 300 ha entre frutales como nogales y avellanos, y cultivos de alfalfa para la producción de semillas y heno.
Otro aspecto clave en la optimización de esta tecnología es el uso de sensores para monitorear la humedad del suelo y el flujo de agua. «La incorporación de sensores, que deben ser controlados de manera estricta, es fundamental para obtener datos precisos y mejorar la toma de decisiones en cuanto al manejo del riego. Los predios que han alcanzado los mayores desempeños han sido aquellos que han incorporado estas innovaciones de manera gradual, con capacitaciones adecuadas y una gestión eficiente del proceso», destaca Orellana.
Un cambio cultural en la agricultura
A pesar de sus beneficios, la masificación del riego por goteo subterráneo enfrenta un desafío cultural dentro del sector. «Uno de los principales obstáculos que hemos encontrado es que en esta técnica el agua deja de ser visible en la superficie. Esto genera dudas en los agricultores, quienes se preguntan cómo pueden estar seguros de que realmente están regando», comenta Orellana. Para responder a esta inquietud, la tecnología de telemetría y el uso de sensores han cobrado un papel fundamental, permitiendo medir con precisión la humedad del suelo y garantizar una aplicación eficiente del recurso hídrico.
Con una vida útil que puede superar los 15 años, el riego por goteo subterráneo se perfila como una solución real para enfrentar la crisis hídrica en el agro chileno, asegurando la viabilidad de la producción y promoviendo el uso responsable del agua en un contexto cada vez más desafiante.
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