El estudio sobre engagement y agotamiento de los profesores de educación superior a nivel mundial fue encargado por Unesco a Circular HR, consultora de Fundación Chile y Arnold Bakker, autoridad mundial en la prevención del burnout.
Factores como burocracia institucional y las demandas emocionales se cuentan entre los que mayor agotamiento generan entre los docentes, según los resultados de más de tres mil encuestas aplicadas a profesores de 81 países.
“Protegiendo a los profesores: desterrando el agotamiento y potenciando el engagement”, es el nombre de la presentación del estudio encargado por Unesco a Circular HR, de Fundación Chile, y que fue desarrollado en conjunto con el experto internacional en prevención del agotamiento laboral, el Profesor Arnold Bakker. Los resultados de la investigación que abarcó más de tres mil encuestados de universidades públicas de 81 países, se dieron a conocer durante la reciente Conferencia Mundial de Educación Superior 2022 (WHEC, por su sigla en inglés) realizada en Barcelona.
“Al proteger a los profesores, estamos protegiendo a los estudiantes y la calidad de la educación”, es la máxima detrás de este estudio. “A Unesco le interesaba conocer la realidad de los docentes en la Educación Superior, qué los lleva a agotarse más, cuáles podían ser factores protectores frente a eso y qué profesores estaban más o menos desgastados y en riesgo de burnout, para poder identificar prácticas de protección y prevención”, explica Roberto Larraechea, director de Proyectos Engagement de Circular HR, quien -junto a Arnold Bakker- estuvo a cargo de la exposición de los resultados en WHEC 2022.
Según el análisis, los docentes con mayores niveles de engagement (entendido como entusiasmo, foco y energía en el trabajo) presentan un desempeño percibido 25% mayor. En el otro extremo, los profesores con signos de agotamiento elevado registran un desempeño inferior en 8%.
Philip Wood, gerente general de Circular HR, destaca que en el estudio detectaron diferencias entre grupos de docentes, las que dependen de su jerarquía. “Hay algunos que están mucho más intensamente demandados, de acuerdo a su antigüedad y el grado que tienen”. El mayor grado de engagement lo detentan los profesores, seguidos de los profesores visitantes y adjuntos, en tanto los profesores asistentes y docentes instructores están en el nivel inferior de esa medición y mucho más expuestos al burnout.
También se registraron diferencias por género, evidenciándose menores niveles de energía y motivación entre las docentes, y consecuentemente una mayor propensión al agotamiento que sus pares masculinos.
Trabajo remoto versus presencial
El efecto de la pandemia, que llevó a muchas universidades a privilegiar las clases remotas, también se evidencia en el estudio, cuyas encuestas se realizaron entre diciembre de 2021 y abril de 2022. “Descubrimos que había diferencias entre los que estaban remotos y presenciales, siendo el trabajo online un factor protector frente al estrés de la pandemia”, sostiene el director de Proyectos – Engagement de Circular HR, quien opina que esto indica que “no hay que descartar la modalidad híbrida y abrirse a una mayor flexibilidad para los tiempos y espacios, más allá de la contingencia del Covid, siempre y cuando se resguarde que no se vea afectada la experiencia educativa del alumno”.
Respecto a los factores que potencian el engagement de los docentes, el primer lugar lo tienen las oportunidades de desarrollo, seguidas por la existencia de retroalimentación y control sobre el propio trabajo. En tanto, el agotamiento sería principalmente provocado por la burocracia institucional existente en las grandes universidades públicas y las demandas emocionales que genera su trabajo con estudiantes.
Al considerar el factor de la proactividad del docente, junto a la flexibilidad de parte de las instituciones para que el profesor pueda realizar ajustes y personalizar la forma en que realiza su labor, “vimos que estas conductas son predictoras de engagement y, por lo tanto, protectoras frente a un eventual agotamiento”, enfatiza Roberto Larraechea. Un efecto positivo que aumenta si se introducen estrategias desde los mismos docentes para hacer más entretenido el trabajo.
Esta primera etapa del estudio aborda las tendencias globales, dejando las comparaciones regionales y locales a una segunda parte. “Esta etapa fue exitosa, nos mostró que el modelo funciona. Ahora queremos hacer estudios regionales, para poder realizar comparaciones entre continentes, sacar mejores prácticas, etc.”, finaliza Philip Wood.
Revisa nuestra sección Educación aquí.