El 60% de la electricidad de Latinoamérica se genera a partir de energías renovables, lo que la posiciona como una de las redes eléctricas más limpias del mundo.
La transición energética global es uno de los temas centrales de la agenda de la cumbre del G20 y de la COP30, que se llevará a cabo en Brasil en 2025, uno de los países líderes en energías limpias en Latinoamérica.
El nuevo estudio Energía Verde en América Latina, realizado por Broadminded, el centro de investigación de la multipremiada agencia de comunicaciones Sherlock Communications, destaca el gran potencial de la región para liderar esta transición, recopilando datos y perspectivas de expertos multidisciplinarios sobre el avance de las energías verdes.
Según el estudio, que reúne datos de la Agencia Internacional de Energía (AIE), el 60% de la electricidad de la región se genera a partir de energías renovables, lo que la posiciona como una de las redes eléctricas más limpias del mundo. Países como Brasil, México y Chile están a la cabeza; la agencia estima que nuestro país aportará el 14% de la capacidad renovable para 2030.
Crecimiento de la generación de electricidad a partir de fuentes renovables
Si bien la mayoría de los países todavía dependen de una matriz energética predominantemente hidroeléctrica, la región ha demostrado avances significativos en la diversificación de sus fuentes de energía limpia, especialmente la eólica y la solar.
Según datos de Ember, la capacidad instalada de energía eólica en Brasil ha crecido un 300% en los últimos 10 años, representando actualmente 95GWh. En Chile, el escenario es igualmente prometedor: el país registró un aumento de más del 1.300% en su capacidad solar, aprovechando el gran potencial del desierto de Atacama, que cuenta con algunos de los niveles más altos del mundo de energía solar.
Según W. Schreiner Parker, director gerente para Latinoamérica de la firma de inteligencia energética Rystad Energy, estas naciones están invirtiendo en energía eólica y solar para impulsar sus propios sectores y explorar oportunidades de exportación como el hidrógeno verde.
“Latinoamérica, especialmente Brasil y Chile, podría convertirse en un importante exportador de esta vital fuente de energía. Pero el éxito de la región dependerá de sortear las complejidades regulatorias, asegurar una financiación adecuada y equilibrar el distanciamiento de la generación de ingresos por combustibles fósiles y las nuevas oportunidades para las exportaciones de energía verde”, afirmó Parker.
La infraestructura, el financiamiento y la inestabilidad política son los principales desafíos.
Aunque la región avanza hacia el liderazgo en la transición energética global, los expertos entrevistados por Broadminded señalan que aún enfrenta importantes desafíos estructurales para consolidar su posición en los próximos años.
El principal reto, común a la mayoría de los países latinoamericanos, es definir estrategias de financiamiento para proyectos de infraestructura, que son esenciales para la transmisión y almacenamiento de energía.
La subdirectora de Campañas de Greenpeace Chile, Estefanía González, destaca la necesidad de mejorar dicha infraestructura en el país: “Hemos tenido períodos en los últimos tres a cinco años donde se ha perdido el 40% de la producción de energía renovable”.
Además, la estabilidad macroeconómica y política son factores decisivos para el avance de la energía verde en algunas naciones específicas, como Argentina y Perú, donde estos elementos son fundamentales para atraer y mantener la inversión en el sector.
“Si bien Latinoamérica es líder mundial en energías renovables, existen varios desafíos. Superarlos es crucial para que la región mantenga y amplíe su papel de liderazgo en nuestra transición hacia un modelo energético más sostenible y resiliente”, afirmó Patrick O’Neill, socio director de Sherlock Communications.
Para acceder al informe completo de Energía Verde en Latinoamérica, entra aquí: https:/ www.sherlockcomms.com/green-energy-in-latin-america
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