Durante el año 2021 fue anunciada la Política Nacional Minera 2050 del Ministerio de Minería, en la cual se proyecta que, para el año 2050, los proyectos mineros deben enfocarse en cumplir con objetivos estratégicos que responden a los cuatro ejes de la sostenibilidad: Económico, Social, Ambiental e Institucional.
La proyección de la producción de cobre para los próximos diez años, aspira que nuestro país alcance una producción de cobre de 7,04 millones de toneladas al año 2030, una tasa de crecimiento promedio de 1,6%, con un peak al año 2027 de 7,33 millones de toneladas. Sin embargo, este crecimiento no solo proyecta una mayor producción, si no que esta esté acompañada de un desarrollo sostenible.
Según estipula la Política Nacional Minera 2050, se estima que el porcentaje de uso de energías renovables en minería llegará al 49,20 % en 2030. Por otro lado, se busca que al mismo año, el 90% de los contratos de energía en la minería sean con proveedores de fuentes renovables y el 100% al año 2050.
Datos entregados por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), aseguran que en 2022, el 61,5 % del consumo eléctrico minero correspondió a fuentes de energía renovables y en 2027 se espera un 71% de la demanda eléctrica de la industria provenga de este tipo de energías.
Camila Svec, Co-founder y Chief Operating Officer de Cleanlight, ve un panorama promisorio para las proyecciones en el uso de energías sustentables. “Las proyecciones para el uso de este tipo de energía en Chile hasta 2030 son altamente positivas, con la industria minera liderando la adopción de fuentes de energía más limpias. Este enfoque no solo reduce la huella de carbono de la industria, sino que también fortalece la economía al disminuir la dependencia de los combustibles fósiles”
Otra de las iniciativas para fomentar el desarrollo sostenible del país, corresponde a la Política Energética Chile 2050, promulgada por el Ministerio de Energía para establecer orientaciones y metas para el desarrollo de un sector energético confiable, sostenible, inclusivo y competitivo. Esta iniciativa, se sustenta en cuatro pilares: Seguridad y Calidad de Suministro, Energía como Motor de Desarrollo, Compatibilidad con el Medioambiente y Eficiencia Energética y Educación Energética.
Por otro lado, si bien existe una estrecha relación entre el sector privado y la administración pública, es fundamental profundizar aún más. Ante esto, Camila afirma, “Si bien el mercado ha demostrado un crecimiento sostenible, una intervención estatal estratégica puede agilizar la implementación de políticas y regulaciones que fomenten aún más la inversión en energías limpias. Esto podría incluir incentivos fiscales, facilitación en los procesos de permisos y un marco regulatorio claro que promueva la transición hacia fuentes de energía más sostenibles”.
Iniciativas como la Política Nacional Minera buscan hacer un llamado a incorporar energías renovables en el sector minero. Esto, con el objetivo de que el 100% de los contratos de energía en la minería sean con proveedores de fuentes renovables para el año 2050. Si en nuestro país se genera una estrecha relación entre el sistema público y privado, será posible transformar a Chile en un referente de minería sostenible.
