Es el tipo de cáncer más frecuente entre las mujeres en nuestro país, con cerca de 5.640 nuevos diagnósticos al año, según el Observatorio Global del Cáncer (Globocan). Con una incidencia de 38,2 casos por cada 100 mil habitantes, se ha convertido en la principal causa de muerte oncológica femenina, con seis mujeres falleciendo diariamente por esta enfermedad, según datos del Ministerio de Salud.
En 2023 fallecieron 2.263 mujeres por cáncer de mama, el mayor número de muertes por este cáncer desde que se tienen registros. Esto significa que en comparación al 2022, las defunciones aumentaron en un 12,87% a nivel nacional. Las regiones más afectadas fueron la de Aysén con un 220% más de decesos; la de Tarapacá, con un 124% y las de Arica y Parinacota, Atacama y Magallanes con un 70% cada una.
Por lo descrito anteriormente, esta patología es un problema de salud pública. Según el informe del Minsal 2021, se estimó que el 77% de las mujeres con cáncer de mama fallecen antes de los 80 años. Las mayores tasas de mortalidad prematura y de años de vida potencial perdidos por esta enfermedad se concentran en las regiones de Valparaíso, Magallanes y O’Higgins y en el grupo de 50 a 64 años.
Es importante recalcar que el cáncer de mama es un problema a nivel global. Es por ello que la Organización Mundial de la Salud (OMS) difundió la “Iniciativa mundial contra el cáncer de mama”, la cual se basa en la detección precoz, diagnóstico oportuno y gestión integral de la patología. La OMS aspira a que en el año 2024 se reduzcan las muertes por esta enfermedad en un 40%.
Los principales factores de riesgo
El cáncer de mama es una enfermedad en la que están involucrados diferentes factores que alteran y transforman las células, perdiendo su control en cuanto a proliferación, diferenciación y funcionamiento habitual. La Dra. Olga Barajas, jefa del Servicio de Oncología de nuestro Hospital, explicó: “Los factores más importantes que aumentan el riesgo de esta enfermedad son el envejecimiento, ser mujer, no tener hijos o el primer embarazo tardío, primera menstruación antes de los 12 años o menopausia tardía, radioterapia previa al tórax o la mama, antecedentes familiares de cáncer de mama en primer grado, antecedentes personales de hiperplasia benigna o de cáncer de mama, uso prolongado de terapia de reemplazo hormonal, sobrepeso u obesidad, consumo de tabaco y/o alcohol”.
La importancia del factor genético
Hay que tener en cuenta el factor genético, pero este influye solamente en el 5 a 9% de los cánceres de mama. La gran mayoría no tienen un factor genético vinculado. La Dra. Barajas se refirió al factor de riesgo asociado a mutaciones de los genes BRCA: “Los genes BRCA1 y BRCA2 se encargan de reparar el ADN. Si estos genes están mutados, aumenta la predisposición de padecer especialmente cáncer de mama y de ovario. Se heredan con un patrón autosómico dominante, lo que significa que hay un 50% de probabilidades de que los hijos e hijas de padres portadores de BRCA1 y BRCA2 hayan heredado la variante de predisposición al cáncer”.
Agregó: “En la práctica clínica, si encontramos una paciente joven con historia familiar o cáncer de mama variedad triple negativo o un hombre con cáncer de mama, se recomienda solicitar el estudio de estos genes y en caso de que aparezca alguna mutación, realizar consejería genética con los profesionales especializados en dicha área. En nuestro Hospital se realiza en el Servicio de Genética”.
Exámenes y tratamiento
“Se debe realizar un screening con mamografía, que es el examen de elección. En la población de riesgo promedio se debe iniciar a los 50 años y en personas con factores de riesgo iniciar 10 años antes del caso índice. En algunos casos es necesario complementar con ecotomografía o resonancia mamaria, por ejemplo, en pacientes jóvenes con tejido mamario denso o portadoras de genes BRCA1 y BRCA2”, señaló.
Una vez confirmado el diagnóstico de cáncer de mama mediante biopsia, se debe realizar estudio de etapificación para definir, si el tumor está localizado en mama, axila o si hay diseminación a otros órganos, tales como huesos, pulmones, hígado, entre otros. “Esto se realiza mediante imágenes como tomografía axial computarizada de tórax, abdomen y pelvis, cintigrafía ósea y resonancia cerebral, dependiendo de la sintomatología y el subtipo histológico de cáncer”, explicó la jefa del servicio.
Los pilares del tratamiento son la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia y la hormonoterapia, según sea el estadio clínico de la enfermedad. Para definir la indicación y el orden de dichos tratamientos es fundamental discutir cada caso en el comité multidisciplinario, el cual está conformado por médicos especialistas, tales como cirujanos de mama, oncólogos, patólogos, radioterapeutas, radiólogos y otros profesionales de la salud con experiencia en este tipo de enfermedad. El seguimiento se realiza periódicamente con examen físico, de laboratorio e imágenes, según la etapa de la enfermedad durante los primeros cinco años. Posteriormente se debe continuar en forma anual con mamografía, examen físico y otros, en caso de síntomas relacionados.
Recomendaciones preventivas
La Dra. Barajas entregó consejos para disminuir la probabilidad de sufrir este cáncer que están en el control de los pacientes: “Las recomendaciones van dirigidas a evitar los factores de riesgo que se pueden modificar, tales como no fumar, mantener un peso y dieta saludables, realizar actividad física periódicamente al menos tres veces por semana, no consumir alcohol; si es el caso, preferir amamantar a sus hijos. Por otra parte, si está en la etapa de menopausia o tiene familiares directos con cáncer de mama, consulte con su ginecólogo en cuanto a uso de terapia de reemplazo hormonal y consejería genética en caso de ser necesario. No olvidar realizar la mamografía periódicamente”.
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