Especialista destaca los beneficios de la movilidad activa como una alternativa para mejorar la salud física y mental. A su vez, propone superar las barreras de infraestructura y educación vial para promover su adopción.
El Dr. Alex Garrido, académico de la carrera de Pedagogía en Educación Física de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), reflexiona sobre la importancia de adoptar alternativas de transporte activo, como caminar o andar en bicicleta, no solo como una respuesta a la crisis climática, sino también como una vía para mejorar la salud física y mental de las personas.
Según el especialista, una de las principales ventajas de optar por el transporte activo es el aumento del nivel de actividad física, lo cual tiene un impacto directo en el bienestar general a corto y largo plazo. “Caminar o andar en bicicleta contribuye a acumular los minutos de ejercicio semanal recomendados por las autoridades sanitarias, mejorando así la salud física y mental de las personas”, destacó el académico.
El uso frecuente del transporte activo, como explica Garrido, tiene el potencial de mejorar la resistencia cardiorrespiratoria, la fuerza y la flexibilidad de quienes lo practican. Además, puede ser una excelente forma de liberar el estrés diario, especialmente en entornos urbanos congestionados. «El transporte activo ofrece una experiencia mucho más relajante en comparación con estar detrás del volante en medio del tráfico», comentó.
A pesar de los beneficios claros, Garrido señala que existen barreras importantes para una mayor adopción del transporte activo. Entre ellas, menciona la falta de infraestructura vial adecuada y la seguridad de los ciclistas. «Aunque se ha avanzado con la construcción de ciclovías en algunos sectores, aún existen falencias viales que impiden que un mayor número de personas se sumen al transporte activo de forma masiva», explicó.
Desde su perspectiva, la educación vial también es un componente esencial para mejorar la convivencia entre peatones, ciclistas y automovilistas. Promover una mejor comprensión de las normas y derechos en las vías públicas es crucial para incentivar el transporte activo de manera segura.
Para quienes desean integrar el transporte activo en su rutina diaria, el académico ofrece una serie de recomendaciones prácticas. Para los caminantes, es esencial utilizar un calzado adecuado que proteja las articulaciones. Para los ciclistas, sugiere mantener la bicicleta en buenas condiciones técnicas, utilizar casco, luces y ropa reflectante, circular por la derecha y estar siempre atentos al tránsito. «Es crucial evitar el uso de audífonos mientras se conduce la bicicleta para garantizar una mayor seguridad», enfatizó.
El llamado del académico es claro: incorporar el transporte activo no solo mejora la salud física y mental, sino que también representa una oportunidad para contribuir a la reducción del tráfico y el impacto ambiental, en línea con las tendencias globales de movilidad sostenible.
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