Esta enfermedad afectaría la forma en que el sistema nervioso central procesa los mensajes de dolor, provocando dolor musculoesquelético generalizado además de otros síntomas como fatiga y trastornos del sueño. Dada sus tasas de prevalencia, es considerada en la actualidad un problema de salud pública.
A nivel mundial, se calcula entre el un 8% de la población padecería fibromialgia. En Chile, en tanto, estudios recientes indican que esta compleja condición de dolor crónico afectaría a alrededor del 3,3% en la población.
Cada 12 de mayo se conmemora el Día Internacional por la Fibromialgia, una enfermedad crónica caracterizada por presentar dolor generalizado, difuso en todo el cuerpo, principalmente a nivel de musculoesquelético. Además, se asocia a trastornos del ánimo, depresión, fatigabilidad y problemas del sueño. Aunque se ha determinado que influyen factores genéticos y también ambientales en su aparición, en general, no se sabe bien cuál es su causa ni existe una prueba específica para su diagnóstico, lo que dificulta una adecuada pesquisa y, en consecuencia, un tratamiento apropiado y a tiempo para los pacientes.
Dado lo anterior, esta patología altera la calidad de vida de quien la padece. Si bien afecta tanto a hombres como mujeres, este último grupo es donde se ha identificado la mayor prevalencia, especialmente en el rango entre los 30 y 50 años de edad, periodo activo a nivel laboral y reproductivo. La gran mayoría de las personas afectadas acaban sufriendo diversos tipos de discapacidad, aislamiento, estigmatización, falta de validez de su diagnóstico y preocupación por su pronóstico a largo plazovi, .
En ese marco, la doctora Delia Ruiz, fisiatra y vicepresidenta de la Asociación Chilena para el Estudio del Dolor y Cuidados Paliativos (Ached-CP), reconoce que la fibromialgia es una patología compleja, que abarca todas las esferas del paciente. “Dado su impacto en la vida del paciente, el manejo debe ser integral. Muchas veces vemos cómo se ve afectada la salud mental, mediante la presencia de cuadros de ansiedad, depresión, catastrofismo. Por lo tanto, el manejo debe tener un enfoque desde el punto de vista integral y multimodal”, señala.
A nivel global, esta compleja condición de dolor crónico afectaría hasta un 8% de la poblaciónii. En nuestro país, en tanto, estudios dan cuenta de una prevalencia del 3,3%iii.
Desafíos para visibilizar la enfermedad
Para la vicepresidenta de Ached-CP, hay grandes desafíos por sortear para avanzar hacia una mejor identificación y pesquisa de esta enfermedad, donde, en primer lugar, son los pacientes quienes deben consultar a tiempo cuando comienzan a aparecer los primeros síntomas. “Todo aquel paciente que ya lleva una persistencia de la sintomatología dolorosa por más de 3 meses, pacientes que tienen historia de dolores en forma intermitente, que sienten dolor en distintas áreas, que poseen antecedentes familiares o cuando hay algún evento que irrumpe en el ciclo vital de la persona, ocurre que en la mayoría de las veces son pacientes con fibromialgia, y ahí es donde es importante establecer el diagnóstico y pesquisar”, indica.
Asimismo, otro desafío que visualiza la especialista es que actualmente el paciente pueda ser identificado rápidamente por los profesionales de la salud. “Los pacientes pasan por largos periodos en que deambulan de médico en médico, en promedio 7 especialistas y casi 4 años, en los cuales se demoran en encontrar algún centro, alguna unidad o algún médico que finalmente los diagnostica con esta patología. Luego, viene el otro desafío de lograr que se enfoque el tratamiento, donde los pacientes se demoran bastante en poder entender de qué se trata el manejo”, plantea.
Finalmente, la experta reitera la necesidad de avanzar en esta materia y visibilizar este tipo de enfermedades: “Afortunadamente, el año pasado se promulgó la ley de fibromialgia y dolor crónico no oncológico en Chile, lo cual es un gran avance. Si bien esta ley aún no está implementada, se está trabajando en cada uno de los servicios para establecer protocolos de manejo para pacientes con fibromialgia y dolor crónico no oncológico”.
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