El director del Núcleo Milenio para la Ciencia de la Salud (MiNSoL), Roberto Ferreira, explicó la importancia de dormir bien durante la edad escolar.
Hace pocos días comenzaron las clases y para muchos padres significó cambiar los horarios menos exigentes de vacaciones a una rutina de sueño que se acomode a los de clases impuestas por los diferentes establecimientos educacionales. Pero ¿por qué es tan importante dormir bien?, el experto nos entrega sus recomendaciones para que no afecte de manera negativa en el desarrollo de los menores.
Roberto Ferreira, director de Minsol, doctor en psicología de la Universidad de York, Reino Unido y profesor titular en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Católica del Maule (UCM) explicó que “durante el sueño, el cerebro procesa y almacena la información adquirida durante el día. Los niños que duermen lo suficiente tienen una mejor capacidad de retener y recordar información, lo que mejora su rendimiento académico”, dijo.
Dentro de los beneficios asociados al buen dormir, se pueden mencionar un mejor estado de ánimo, un aumento de la atención y concentración, así como también capacidad de los niños para manejar el estrés. Por el contrario, la falta de sueño puede tener un impacto muy negativo en la salud de los menores afectando su rendimiento académico y su capacidad para aprender. “Puede afectar la capacidad de los niños para tener un buen desempeño en la escuela y en actividades físicas. Por otra parte, los niños que no duermen lo suficiente tienen más probabilidades de desarrollar obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas”, aseveró Ferreira.
¿Está la jornada escolar alineada con los ritmos circadianos de los niños?
La jornada escolar en la mayoría de los países no está necesariamente alineada con los ritmos circadianos de los niños y adolescentes. Este es el caso de Chile. Los ritmos circadianos son cambios físicos, mentales y conductuales que siguen un ciclo de 24 horas. De hecho, “existe evidencia que sugiere que muchos estudiantes en diversos países no duermen lo suficiente debido a que tienen que levantarse muy temprano para ir a la escuela. En nuestro país, la jornada escolar también comienza demasiado temprano, lo que impide que los niños logren dormir la cantidad de horas necesarias para tener un buen desempeño académico”, explicó el académico y doctor en psicología.
Ferreira agregó que “los ritmos circadianos de los niños y jóvenes difieren del de los adultos, pues cambian con el desarrollo, es decir, a medida que los niños crecen y maduran. Los adolescentes, en particular, tienen un reloj biológico que los lleva a tener más energía por la noche, quedándose despiertos hasta más tarde y dormir más en la mañana”, indicó.
Entonces ¿cuánto tiempo deberían dormir los niños?
Los niños en edad escolar necesitan una cantidad adecuada de sueño para su crecimiento y desarrollo saludables. La cantidad de sueño que necesitan los niños puede variar de acuerdo con la edad. Según la Academia Estadounidense de Medicina del Sueño, las recomendaciones generales para la cantidad de sueño que necesitan los niños en edad escolar son las siguientes: Los niños de 6 a 12 años deben dormir de 9 a 12 horas; mientras que los adolescentes de 13 a 18 años deben hacerlo de 8 a 10 horas por noche.
Es importante tener en cuenta que estas son recomendaciones generales y que la cantidad de sueño que necesitan los niños puede variar según sus necesidades individuales. “Algunos niños pueden necesitar dormir más o menos tiempo que otros para sentirse descansados y alerta durante el día. Además, los niños que realizan actividad física intensa, o tienen una carga académica pesada pueden necesitar más tiempo de sueño para recuperarse”, sostuvo el académico.
¿Qué es importante considerar antes de irse a dormir?
Para el Doctor en Psicología y académico UCM, “una rutina de sueño regular consiste en acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, lo que, acompañado a otros factores, permite regular el ritmo circadiano del cuerpo y promover un sueño saludable”
Es de gran ayuda un dormitorio fresco, oscuro y silencioso, así como limitar la exposición a la luz azul o brillante y a las pantallas al menos una hora antes de acostarse “La exposición a la luz azul emitida por dispositivos electrónicos como smartphones y tabletas, frena la producción de melatonina, una hormona que regula el ciclo de sueño y vigilia, lo que dificulta conciliar el sueño y despertarse al otro día”.
Se deben incorporar a la rutina del sueño de los niños y adolescentes “actividades relajantes como leer un libro, tomar un baño en agua tibia, escuchar música, e incluso yoga o meditación, antes de acostarse pueden ayudar a reducir la ansiedad o estrés y promover un sueño saludable” concluyó el director de MiNSoL, Roberto Ferreira.
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