Un estudio publicado en “Frontier in Human Neuroscience” demostró que jugando juegos de mesa los participantes tenían un incremento en la materia gris en el núcleo accumbens. Esto significa un crecimiento de la dopamina y la serotonina, las cuales promueven el deseo, la saciedad y la inhibición, a la vez que reducen el estrés, mejoran la paciencia y aumentan las habilidades sociales.
Siempre es grato compartir momentos en familia, más aún cuando estas instancias giran en torno a la distracción y el juego. Hoy, en medio de una pandemia, la industria de los juegos de mesa ha visto cómo el interés de la gente ha crecido gracias a los beneficios que aportan.
Herramientas de interacción como los juegos de mesa no sólo ayudan con el estado anímico de una persona, sino que también promueven el crecimiento de nuevas neuronas en el cerebro, llamado “Neurogénesis”, entregando plasticidad neuronal y cambios estructurales positivos en el cerebro.
En el ámbito infantil, según los resultados del estudio chileno de los Efectos de la Pandemia en los Niños, elaborado por el Proyecto Cuidemos a nuestros niños (2020), los principales síntomas que surgen desde el comportamiento son las desregulaciones emocionales o pataletas, aumento de nivel de actividad motora y niños más desobedientes o desafiantes, entre otros aspectos.
Según la psicóloga y magíster en Salud Mental Infantil, María Paz Aguilera, “para los niños es muy importante pasar tiempo de calidad y conexión con sus padres. Si los padres están comprometidos en el juego compartiendo con ellos, para los niños y niñas es una gran instancia de aprendizaje y distensión emocional. Cuando ambos logran conectarse en el presente y pasar un rato agradable, se escuchan risas y ocurren gestos de compañerismo al interior de una familia”.
Dentro de los juegos familiares que destacan en este sentido, se encuentran el nuevo clásico Aventureros al Tren, un título sobre estrategia para ir conquistando caminos de trenes, o el popular y rápido Cortex Challenge de desafíos y habilidades mentales contra el tiempo; los cuales enseñan a aceptar las reglas, aumentar las habilidades de comunicación, saber perder y ganar, desarrollar habilidades sociales, perseverancia, paciencia y capacidad de concentración y mejorar la autoestima, la planeación y la toma de decisiones.
Esto no solo ayuda a los infantes, sino que también a los adultos, manteniendo las capacidades de aprendizaje activas, usando la creatividad y conociendo más en profundidad el carácter de los demás y el de uno mismo.
