A través de este innovador método que permite detectar la presencia del virus papiloma humano en el organismo, 1.000 mujeres de diferentes comunas de Santiago podrán tomar, desde su domicilio, una muestra vaginal con la ayuda de un kit especializado.
Una iniciativa pionera en su tipo, dirigida a la detección precoz del cáncer cervicouterino en mujeres de la Región Metropolitana realizará el programa “Hazte un tiempo, comienza por ti” del Gobierno de Santiago y ejecutado por Fundación Arturo López Pérez (FALP).
Se trata del test de autotoma de Virus del Papiloma Humano (VPH), un método de detección precoz del cáncer cervicouterino donde es la usuaria quien se realiza la muestra vaginal desde su lugar de residencia. Con la ayuda de un kit especializado, se puede determinar la presencia del virus en el organismo, en especial el tipo 16 y 18, asociados al desarrollo de esta patología. De esta forma, además de evaluar el riesgo de cada mujer, también se puede anticipar el desarrollo de lesiones precancerosas o cancerosas.
Como parte del plan piloto, se entregarán 1.000 test con el objetivo de aumentar la tasa de tamizaje, es decir, la capacidad de detectar lesiones precancerosas dentro de un sector de la población objetivo que no presenta síntomas, las que, si se no se tratan a tiempo, pueden transformarse en cáncer.
Claudio Orrego, gobernador de Santiago, señaló que “es fundamental que tal como versa el lema de esta campaña, las mujeres se hagan un tiempo para preocuparse de ellas mismas. El cáncer cervicouterino es una de las principales causas de muerte de las mujeres en nuestro país y, por eso, como Gobierno de Santiago lideramos y financiamos este proyecto para que mil mujeres de distintas comunas de la capital, tengan acceso a un test que las ayude a detectar el virus que provoca este cáncer. Ser responsables con su salud es también un acto de amor para todas sus familias”.
Carolina Selman, Subdirectora de Servicios de Diagnóstico Clínico de la Fundación Arturo López Pérez, explica que las mujeres podrán testearse en su propio hogar, el test de autotoma trata de una tecnología altamente efectiva para identificar la presencia del virus en mujeres de 30 años “El gran beneficio de la autotoma es que permite aumentar la tasa de cobertura de tamizaje, lo que a su vez ayuda a determinar a la población de riesgo y así aplicar acciones de forma precoz. Diversas experiencias internacionales, como es el caso de Argentina, demuestran la efectividad de este examen en el crecimiento de las tasas de cobertura de las medidas de prevención”, explicó.
El test brinda dos tipos de resultados que orientan los pasos a seguir. Si es negativo, significa que no se ha detectado VPH de alto riesgo oncogénico en el cuello del útero. En cambio, un VPH positivo indica que se ha detectado VPH de alto riesgo oncogénico en el cuello del útero. En caso de resultado positivo, la paciente será derivada a la realización de un PAP y su caso tendrá seguimiento por parte de los sistemas de salud.
“El test de autotoma es una herramienta de gran utilidad para quienes no se han realizado el PAP, y nos permite que las mujeres que actualmente no se están controlando puedan hacerlo de manera fácil y efectiva. Muchas veces tenemos pacientes que viven en áreas rurales y no acuden a los consultorios, o jefas de hogar que tampoco lo hacen por falta de tiempo. Gracias a este test conseguimos facilidad y acceso”, agregó Selman, indicando además que, al igual que el cáncer de mama, esta enfermedad tiene mayores probabilidades de curación si se diagnostica en una etapa temprana y se trata con prontitud.
La campaña “Hazte un tiempo, comienza por tí” se enmarca dentro del Plan Nacional de Cáncer 2018-2028, cuyo fin es implementar estrategias que faciliten la prevención y atención oportuna de esta patología en todo el país, con una mirada integral en la forma en que se realiza el diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la enfermedad, garantizando el acceso a la población general.
PAP y ventajas del test de autotoma de VPH
El cáncer representa la primera causa de muerte en nuestro país, en tanto el cáncer cervicouterino se ubica en el cuarto lugar de los tumores más frecuentes y mortales en mujeres de todo el mundo con más de 604 mil diagnósticos anuales y sobre 341 mil decesos según las proyecciones 2020 del Observatorio Global del Cáncer (Globocan). En el caso de Chile, su incidencia alcanza el 11,1%, según Global Cancer Observatory.
Si bien la mortalidad del cáncer de cuello uterino disminuyó en el país entre 1997 y 2008 -el Minsal registró que la tasa anual de incidencia descendió 6.2% y la de mortalidad 4.4%-, en Chile todavía fallecen más de 500 mujeres cada año y la brecha de mortalidad según nivel socioeconómico es aún muy marcada, según la revista médica de Chile en su artículo especial “Detección precoz del cáncer cervicouterino en Chile: tiempo para el cambio”.
En materia de detección precoz, el Papanicolau (PAP) se ha establecido a nivel internacional como un método de screening con alta efectividad para esta patología. En el país, existe desde el año 1987 el Programa de Prevención y Pesquisa de Cáncer cervicouterino, logrando coberturas a nivel nacional de alrededor de un 55% de la población objetivo.
Según el Colegio Médico, en los últimos años diversos servicios de salud preventivos se vieron afectados por la pandemia. En julio de 2020 se realizaron 216.972 PAP menos que en el mismo periodo del año anterior, en base a lo cual se estima que existen cerca de 2.200 mujeres con lesiones precancerígenas no pesquisadas ni tratadas.
A ello se suma la propia negativa de un sector de la población a realizarse el PAP. El artículo “¿Por qué las mujeres no se toman el Papanicolau?”, publicado en la Revista chilena de Obstetricia y Ginecología hace algunos años, determinó que entre las principales barreras se encuentran la falta de preocupación, el poco tiempo disponible, la postergación de las mujeres que se dedican al cuidado de los hijos y el hogar y también, los problemas asociados al procedimiento en sí: existe miedo al dolor, vergüenza e incomodidad de realizarse el examen.
“Es muy importante aclarar que el test de autotoma por sí mismo no es suficiente para detener el cáncer, pero sí es un excelente apoyo para aumentar la tasa de cobertura del testeo de prevención primaria. Simplifica y entrega una herramienta más a las mujeres para educarse sobre el diagnóstico y cuidar su salud”, acota Carolina Selman.
A pesar que el PAP fue considerado como el principal examen para el cáncer cervicouterino, durante los últimos años el test de VPH ha ido ganando terreno como examen complementario.
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