NUTRICIONISTA UCM ENTREGA RECOMENDACIONES PARA AUMENTAR NIVELES DE VITAMINA D

La actual evidencia científica indica que existe una alta prevalencia de la deficiencia de Vitamina D en pacientes con COVID-19. Si bien, no se demuestra una asociación con la aparición de la enfermedad, sí se comprueba una relación con la severidad de ésta, por lo que se recomienda evaluar los niveles sanguíneos de vitamina D con el fin de tratar deficiencias o insuficiencias en pacientes.

De un 50% a un 90% de la vitamina D que necesitamos diariamente se obtiene a través de la exposición solar de la piel. El resto la conseguimos de fuentes alimentarias ¿Pero sabes qué tipos de alimentos son? 

Según explicó la nutricionista del Departamento de Salud de la Dirección General Estudiantil (DGE) de la Universidad Católica del Maule (UCM), María Francisca Cortés Coloma, la vitamina D es encontrada naturalmente en pocos alimentos: pescados grasos como el salmón y las sardinas, carnes rojas, hígado, yemas de huevo y alimentos fortificados como cereales.

“Los pescados grasos son una buena fuente de este micronutriente aportando 2,5 mcg (230 UI) por porción, siendo suficientes dos porciones para cumplir con los requerimientos diarios de 400 UI. Sin embargo, menos del 10% de la población chilena consume pescados al menos dos veces por semana”, mencionó.

Otra de las limitaciones es la fortificación de alimentos, puesto que no permiten que se cubran los requerimientos diarios utilizándolos como fuente única, “considerando que un vaso de leche aporta 0,4 mcg (16 UI) y una porción de cereal fortificado puede contener de 0,7 a 1,2 mcg (30 a 50 UI) con tres porciones de cereal fortificado (debe comprobar que viene fortificado en los ingredientes e información nutricional del producto), más dos porciones de lácteo diarias y una porción de pescado graso como el salmón, podrían llegar a cubrir los requerimientos diarios. Sin embargo, no podemos basar la alimentación de todos los días en alimentos ultra procesados como los cereales fortificados al desayuno, siendo esto una limitante para la ingesta diaria de vitamina D”, explicó.

COVID-19

La nutricionista de la UCM, indicó que actualmente la deficiencia de vitamina D es una problemática de salud global, ya que aproximadamente 1 billón de personas en todo el mundo presenta deficiencias, mientras que un 50% de la población total presenta insuficiencias. La prevalencia de las deficiencias es mayor en adultos mayores, pacientes con obesidad, pacientes institucionalizados y hospitalizados.

Pero ¿Tiene alguna relación la vitamina D con el COVID-19?, al respecto, la nutricionista UCM, detalló que “La evidencia actual indica que existe una alta prevalencia de la deficiencia de Vitamina D en pacientes con la enfermedad, especialmente en adultos mayores. Si bien, no se demuestra una asociación con la aparición de la enfermedad, si se comprueba una asociación con la severidad de esta, por lo que se genera una recomendación de evaluar los niveles sanguíneos de esta vitamina con el fin de tratar deficiencias o insuficiencias en pacientes”, expuso.

“Con el aumento de la edad disminuye la síntesis de vitamina D, el color oscuro de piel, uso de protectores solares y pasar grandes periodos de tiempo en el interior también dificultan la síntesis de vitamina D. Si bien la exposición 20 minutos al día del 40% de la piel bastaría para evitar deficiencias, actualmente debido a la estacionalidad, horas de luz y altura de nuestra región, no permite tener una exposición efectiva para la síntesis correcta, además se debe considerar que recomendar a las personas a exponerse al sol sin protección solar es inadecuado, sabemos que este tipo de exposición es perjudicial para desarrollar melanoma o cáncer de piel”, continuó explicando María Francisca Cortés, nutricionista de la UCM.

Los principales motivos por los que se genera esta deficiencia son por falta de exposición solar, responsable de hasta el 90% de la síntesis de vitamina D, bajo consumo de alimentos ricos en esta vitamina o mala absorción asociada a problemas de salud como enfermedad celiaca, síndrome de intestino irritable, pancreatitis crónica, fibrosis quística o cirugías como el bypass gástrico.

“La vitamina D es fundamental para el desarrollo y mantención de nuestro sistema óseo (huesos) ya que permite la absorción adecuada del calcio. Evidencia creciente pero no carente de conflicto ha demostrado asociaciones entre la deficiencia de vitamina D y cáncer, enfermedad cardiovascular, diabetes, enfermedades autoinmunes y depresión”, sostuvo la experta UCM.

“Durante el periodo de invierno se sugiere evaluar niveles sanguíneos y suplementar esta vitamina de ser necesario, siempre esta indicación debe ser entregado por un profesional. Cabe mencionar que las necesidades varían de adultos a niños, distintas etapas del ciclo vital y estilos de alimentación. Variando de las 400 a 800 UI diarias en vegetarianos, veganos, mujeres, adultos mayores y embarazadas las recomendaciones más altas”, cerró la nutricionista UCM.

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