El Trastorno Afectivo Estacional (TAE) es una patología relativamente frecuente, con una prevalencia de entre el 1% y 10% de la población total, y consiste en estados depresivos mayores que tienen su aparición en determinada estación del año, remitiendo de manera total cuando esta se termina. Ahora que estamos en pleno invierno, desde Care Assistance explican cómo reconocer esta dolencia y cómo enfrentarla para disminuir su impacto en nuestra vida personal y laboral.
La llegada del invierno afecta especialmente a las personas que presentan trastornos del ánimo o afectivos, quienes pueden presentar alteraciones en el ritmo circadiano, disminución de la secreción de neurotransmisores (especialmente la serotonina), sensibilidad retiniana a la luz y un metabolismo anormal de la melatonina.
Quienes presentan depresión de manera recurrente en el invierno, tienden a experimentar sentimientos de vacío, tristeza, desesperanza, dificultad para disfrutar de actividades que antes le generaban placer, alteraciones fisiológicas, del sueño, falta de energía, cambios en el apetito, lentitud en el movimiento y en las funciones psíquicas o pensamientos sobre la muerte como ideación, planificación e incluso intento suicida.
Fernanda Pederneras, Coordinadora Equipo Psicología de Care Assistance, explica que “la etiología del Trastorno afectivo estacional no es del todo clara, pero sí se sabe que su causa es multifactorial. Hay una tendencia en cuanto a la incidencia que tienen algunos factores ambientales como el clima y la luminosidad, factores socioculturales, así como factores genéticos. Se sabe, por ejemplo, que su incidencia es mayor en mujeres, teniendo una frecuencia de casi el doble por sobre los hombres”.
En cuanto al desarrollo y la expresión de este trastorno, la personalidad de quien se ve afectado jugará un papel importante. “Estudios refieren que la personalidad de los pacientes con TAE se caracterizan y diferencian de quienes padecen depresiones no estacionales (o incluso de sujetos sin patología mental) por ser más exigentes, concienzudos, al punto que mantienen una actitud más crítica con foco en lo negativo respecto a la percepción de sí mismos, de los otros y del contexto que les rodean”, señala.
La profesional agrega que tener un familiar de primer grado con este tipo de trastorno o en la línea de lo anímico corresponde a un factor de riesgo importante. Aquí influyen aspectos genéticos relacionados con los neurotransmisores (serotonina, noradrenalina, dopamina, melatonina), así como de sus transportadores. Por ello la importancia de complementar, cuando así se requiera, con un tratamiento farmacológico. “El tratamiento psicoterapéutico se acompaña de farmacoterapia o fototerapia, dependiendo de las apreciaciones clínicas del paciente y la sintomatología que presente. La fototerapia consiste en una mayor exposición del paciente al sol (dentro de las posibilidades) o luz del día, o del uso de una lámpara diseñada para simular la luz solar”, indica.
¿Cómo afecta el TAE a las personas en su trabajo y de qué manera ayudarlas?
El Trastorno Afectivo Estacional presenta disfunciones en la línea de lo anímico, como lo son la tristeza, la ansiedad, anhedonia, astenia, irritabilidad, dificultad para mantener la atención y concentrarse, entre otras alteraciones comunes a la depresión. Además, suele verse acompañado de sintomatología atípica como el aumento del apetito y del peso, disminución de la libido e hipersomnia. Es un trastorno que impacta en las distintas esferas de la vida de quien lo padece, y el contexto laboral no se exime de ello.
Fernanda Pederneras sostiene que “la dificultad para mantener la atención y concentración impactará en el rendimiento, la productividad y la eficacia de la persona en su trabajo. Junto con esto, podemos ver disminuida la motivación y el interés, lo que tendrá repercusiones a futuro, no solo en torno a lo laboral, sino que en la propia autoestima. Esto, suponiendo que el trastorno no alcanza a ser incapacitante, porque de otra forma, puede llegar a ser necesario un tiempo fuera del trabajo”.
La Coordinadora del Equipo Psicología de Care Assistance añade que “frente a consultas virtuales relacionadas con episodios depresivos en el área de Asistencia Emocional brindamos orientación, psicoeducación y contención a los colaboradores de las empresas en convenio. Ellos serán atendidos por psicólogos/as de manera individual a través de una Terapia Breve Focal, realizando intervenciones con el fin de lograr elaborar y abordar el motivo de consulta de la manera más adaptativa posible”.
Explica que el rol del profesional será acompañar, contener emocionalmente, generar un espacio de escucha activa, orientar y psicoeducar al paciente en torno a lo que trae como motivo de consulta. Dependiendo de la complejidad del caso, se puede brindar al paciente desde 2 a 8 sesiones. Se realiza una sesión de 40 minutos vía telefónica o por videollamada, de manera semanal, o semana por medio (cuando el paciente no puede tener sesiones semanales) siempre dentro del mismo horario.
“Si alguno de los colaboradores que se ha visto afectado nos consulta por un episodio de crisis, se activa nuestro protocolo de Intervención en Crisis y se le presta atención inmediata. En estos casos, la sesión puede extenderse hasta ver que el o la paciente ya se ha compensado, se agendan sesiones semanales y se le indica que será monitoreado al día siguiente por el mismo profesional u otro que se encuentre en turno”, concluye.
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