Soluciones como el riego por goteo, han experimentado mejoras y actualizaciones que permiten una optimización del recurso de entre el 75% y el 90%.
De acuerdo a la FAO, hacia 2050 seremos 10.000 millones de habitantes en el planeta, lo que nos obliga a incrementar la actual producción de alimentos un 60% si queremos abastecer a toda la población. Este escenario plantea un gran desafío desde el punto de vista hídrico, dado que la escasez de agua a causa del cambio climático ha perjudicado fuertemente a la agricultura y otras industrias.
Consciente de ello, en Chile se han desarrollado diversas soluciones para abastecer estas necesidades mediante la optimización del uso de agua, sobre las cuales han innovado de forma permanente para mejorar el rendimiento de los cultivos.
Su propósito es desarrollar tecnología, innovación y automatismo, para que el agricultor utilice el menor recurso hídrico – 30% o más – aproximadamente de ahorro en agua, como energético – de alrededor de un 20% menor – y tener una producción igual o mejor a la que tenía con un sistema antiguo.
De hecho, expertos de la compañía Dripsa, con más de 17 años de experiencia como especialistas en ingeniería y desarrollo de soluciones de riego tecnificado para el sector agrícola, señalan que el agua, un recurso vital para todos, se está perdiendo de forma alarmante. “Si supiésemos cuánta agua se va a ríos y mares de manera innecesaria, porque se emplean sistemas de riego indiscriminado, nos daríamos cuenta de la importancia de racionalizar su uso lo antes posible.”
Al respecto, Nicolás Ruiz-Tagle, encargado de Proyectos e Innovación de Dripsa, afirma que “La escasez hídrica es un problema que se arrastra por más de una década en Chile, motivando al mundo agrícola a implementar diversas tecnologías y avances, alineando al rubro en la búsqueda de la optimización del agua”.
Riego Tecnificado: Presente y futuro de la agricultura
A inicios del siglo XXI, el riego se realizaba de forma rudimentaria, a través del sistema conocido como por riego por tendido o inundación, lo que generaba entre un 30 y 40% de eficiencia. Sin embargo, hace alrededor de 25 años se empezó a instalar en el rubro el uso del riego tecnificado, principalmente por aspersión y goteo, e irrumpiendo con fuerza en Chile.
“Hablamos de una eficiencia de un 30% a un 40% cuando se trata de riego tradicional, porcentaje que se eleva a un 75% en el caso de la aspersión, y de un 90% a 95% cuando se emplea el goteo. Estos sistemas se pueden utilizar en todo tipo de cultivos, desde frutales como paltas, hasta plantaciones anuales como el maíz, alfalfa o trigo. Si a ello sumamos avances tecnológicos, como la telemetría y automatización, que permiten realizar una gestión sobre el recurso hídrico, mejoramos enormemente el aprovechamiento del recurso”, comenta el experto de Dripsa
Ese fue un primer paso para el agro, pero hoy las empresas dedicadas a este servicio y el agricultor se enfrentan a un escenario más complejo, que los obliga a avanzar con mayor premura hacia la tecnología y la automatización. “Si bien el agricultor es de un perfil más bien conservador, en este último año y dada la escasez que hemos vivido del recurso hídrico, hemos ido logrando educarlo y se ha ido adaptando a estas nuevas tecnologías, que se han ido incorporando en los campos desde la pequeña a la gran agricultura”, señalan Ruiz-Tagle.
Y sobre este punto, agrega que la mayor relevancia, es que el agricultor, con los nuevos sistemas de riego, asegura su producción. “O produce lo mismo, o produce más, porque hoy en día hay mucho terreno o agricultor que riega en exceso por temor o por no saber cuánta agua necesita su planta. De hecho, en algunos casos la planta está sometida a un estrés por un sobre riego. Con esta metodología le da exactamente el agua que necesita, por lo tanto no se corre el riesgo de producir menos”.
Automatización para el pequeño agricultor E
Actualmente los diseños de riego por goteo y tecnificado están siendo adaptados para cada necesidad. Sobre este punto, una de las dudas habituales del pequeño agricultor es si conviene o no invertir en este tipo de tecnología si se trata de un número menor de hectáreas, y la respuesta es sí.
Y es que si bien el riego tecnificado implica un mayor costo monetario que el riego por surco, a largo plazo los sistemas por aspersión o goteo permiten ahorrar cerca de un 65% de agua.
“Por ejemplo, al implementar riego por tendido, un agricultor necesita entre cuatro y tres litros por segundo para regar una hectárea. Por el contrario, un riego tecnificado ocupa de 1 a 0,6 litros. Si un agricultor tiene diez hectáreas necesitaría entre 30 y 40 lt/s si fuese por inundación, versus 10 a 6 litros para regar las mismas diez hectáreas. Si cuenta con 15 litros por segundo como recurso de agua, con un sistema tradicional solo alcanzaría a regar cuatro hectáreas aproximadamente. Al hacerlo de forma tecnificada, alcanza a regar toda su superficie, aportando a una mayor producción, mayor posibilidad de dar empleo y reducir el uso del agua que puede reservar, dejando su uso al vecino si fuese necesario. Es decir Por todos lados es un beneficio”, explica Nicolás Ruiz-Tagle.
En el caso de Dripsa, tienen la posibilidad de entregar al agricultor una plataforma que permite detectar los gastos en el uso de agua, optimizar procesos y suministrar a sus cultivos la cantidad necesaria de manera eficiente para su desarrollo, evitando desperdiciar el recurso, algo que Ruiz-Tagle describe como “un Lego, en el cual se van incorporando nuevas herramientas, desde un apagado a un encendido de bomba, apertura de válvulas, y luego sensores de humedad, sensores meteorológicos que miden el viento y la lluvia y con eso se puede sacar una cuenta corriente del campo en cuanto a la oferta y demanda de agua en su campo”,
La compañía opera desde la Región de Atacama hasta Los Lagos, desarrollando soluciones de riego para pequeños, medianos y grandes agricultores, a través de un servicio basado en la innovación tecnológica como un elemento diferenciador. Para un mejor funcionamiento, la compañía cuenta con cuatro áreas: Ingeniería y Diseño, Instalación, Automatización y Control, y Asesoría, las que permiten desplegar proyectos desde su origen hasta la etapa de mantención.
“Con todo lo anterior, se pueden aprovechar los recursos humanos y técnicos al máximo gracias a la automatización de muchos procesos que se pueden controlar remotamente desde una plataforma que integra todas las herramientas. Así, entre otras funciones, podemos programar la operación de válvulas, dar inicio o apagado a bombas riego, monitorear la humedad, viento y lluvia, programar lavados de filtros, entre otras tareas que con nuestra asesoría y capacitación pueden realizar los mismo agricultores”, concluye Nicolás Ruiz-Tagle.