ESTUDIO CHILENO BRITÁNICO INVESTIGA EL COMPORTAMIENTO DE LAS DUNAS EN CENTROS URBANOS

El estudio forma parte de una colaboración de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez y la Universidad de Cambridge. La Región de Valparaíso y de Iquique presentan dunas en las inmediaciones de centros urbanos, representando un interés para la Royal Society de Reino Unido, una de las academias científicas más antiguas, hoy interesada en generar redes colaborativas que ataquen problemáticas científicas contingentes, como la desertificación.

Durante un año, la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI y el BP Institute de la Universidad de Cambridge desarrollarán un estudio que busca comprender la interacción entre dunas y estructuras propias de los centros urbanos, de modo de anticipar riesgos medioambientales y sociales.

El académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez, Tomás Trewhela  junto a la Dra. Nathalie Vriend, del BP Institute de la Universidad de Cambridge, desarrollan un proyecto de investigación para evaluar distintos tipos de estructuras y coberturas en dunas y así determinar el efecto que pueden tener éstos en el arrastre de sedimentos generado por estas estructuras sedimentarias.

La investigación es financiada por la Royal Society del Reino Unido, una de las academias científicas más antiguas, con investigaciones colaborativas en ciencia, asuntos públicos, educación e  industria.

En Chile, las dunas son parte de la geografía de varios centros urbanos, entre ellos: Iquique (Cerro Dragón), Santo Domingo, Algarrobo, Concón, Ritoque y El Tabo (Gota de Leche), situación que explica la necesidad de estudiar la dinámica de las dunas y cómo estas interactúan con la población, así lo señaló el investigador chileno.

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Los primeros experimentos del estudio se llevaron a cabo en el laboratorio G.K. Batchelor del Departamento de Matemáticas Aplicadas y Física Teórica (DAMTP) de la Universidad de Cambridge. De manera complementaria, realizarán un terreno que será preparado por la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI en la región de Valparaíso, debido a la presencia de dunas cerca de centros urbanos.

Tomás Trewhela, académico e investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI, señaló: «El movimiento repentino o acelerado de dunas desérticas, u otras estructuras sedimentarias, interactúan con centros urbanos e infraestructura y afecta a casi un billón de personas alrededor del mundo. A pesar de que el 70% de la Tierra se encuentra cubierta por agua, los desiertos abarcan más de un quinto de la superficie terrestre».

Para el académico, estas áreas están cubiertas por sedimentos sueltos que, bajo la acción del viento, se estructuran en forma de rizos o dunas. “Las dunas no siempre son estacionarias, ya que son capaces de desplazarse sobre el desierto alcanzando e interactuando con infraestructura, centros urbanos y terrenos agrícolas” puntualiza.

Para el investigador chileno, es importante visualizar qué efectos pueden tener diversas estructuras en el transporte y movimiento de las dunas, además de generar potenciales remediaciones para salvaguardar los medios ambientes ya existentes. Añade que: «Hasta hoy no hay medidas de remediación cuando se desarrollan proyectos en áreas áridas porque no se ve un valor ecológico en la arena o el desierto y esto debe cambiar. Hay ciertos balances sedimentológicos que se deben mantener por el tipo de vida único que sostienen estas regiones áridas. Además hay que considerar que justamente algunas especies controlan también el movimiento de la arena y el transporte de sedimentos por lo que la remoción de vegetación u otras estructuras naturales también pueden atentar contra la disponibilidad de arenas en playas y el transporte de nutrientes hacia el interior».

El académico UAI sostiene que otros sistemas dunares como el Sahara alimentan con sedimentos y nutrientes, a regiones muy distantes en los Alpes Europeos. De alguna forma, alterar estos balances puede tener efectos fuera de nuestro entendimiento. Proyectos como éste buscan entender mejor estas interacciones y sus consecuencias.

De acuerdo con los datos que cita el académico, cada año, 120 000 km2 de tierra cultivable se pierde debido a la desertificación, situación que se intensifica con el cambio climático y el uso intensivo de los suelos. “La movilidad y velocidad de las dunas puede, sin embargo, verse alterada por medidas, como, por ejemplo, vegetación u otro tipo de estructuras para contener su avance”, explica Trewhela. El académico puntualiza que “ser capaces de predecir el efecto que puede tener la cobertura vegetal o la presencia de infraestructura aledaña en la dinámica de dunas, nos permite establecer estrategias de protección para la población y preservar balances sedimentológicos necesarios para el medioambiente” y ese es el principal foco de la investigación.

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