FUNDACIÓN TIERRA AUSTRAL CELEBRA DÉCIMO ANIVERSARIO CON ENCUENTRO POR LA CONSERVACIÓN DE CHILE CENTRAL

La jornada tuvo lugar en el Santuario de la Naturaleza Cerro Poqui, región de O’Higgins, con el objetivo de intercambiar experiencias y aprendizajes sobre el aporte del Derecho Real de Conservación al cuidado del medioambiente, el innovador instrumento legal que formaliza la conservación privada en Chile.

Durante noviembre, más de 40 personas interesadas en la conservación de la naturaleza, llegaron hasta Cerro Poqui, en la región de O’Higgins, entre ellos biólogos, agrónomos, ingenieros, guardaparques y entomólogos, para ser partícipes del primer Encuentro por la Conservación del Ecosistema Mediterráneo (Chile Central), organizado por Fundación Tierra Austral, la primera organización garante de conservación en Chile, en el marco de su décimo aniversario.

Tierra Austral es una organización sin fines de lucro dedicada a la conservación privada de la naturaleza en Chile. Una de sus principales misiones, es proteger los últimos remanentes de biodiversidad del ecosistema mediterráneo de la zona central del país, al ser el ecosistema más amenazado y menos protegido a nivel nacional. Para esto, la fundación está desarrollando un ambicioso proyecto que busca formar un corredor de más de 930.000 hectáreas que serán protegidas a perpetuidad en Chile Central, iniciativa llamada Boldo Cantillana.

Así, el objetivo del Encuentro fue reunir en un mismo lugar a los protagonistas de las áreas protegidas que Tierra Austral ha creado en el marco de su proyecto Boldo Cantillana, junto a otras personas interesadas en el cuidado del medioambiente, para compartir experiencias y lecciones en torno al desafío de la conservación privada en Chile, y apuntar a un trabajo más proactivo y colaborativo en el resguardo de la naturaleza.

Excursión

En este contexto comenzó la excursión cerro arriba por Cerro Poqui, un área privada protegida de más de 1000 hectáreas e inserta en una zona reconocida mundialmente como hotspot de biodiversidad, es decir, que presenta un alto nivel de diversidad biológica y, que a su vez, está fuertemente amenazada.

Quillay, Palqui, Litre, Boldo, Quetanteras, Flor de la araña, son algunas de las especies que dan vida a la flora mediterránea, tal y como explicó Lucía Abello, bibliotecaria y botánica chilena, quien lideró parte de la excursión por el Poqui. “Buenos días señor Litre”, dijo en su primera parada, agregando que al litre hay que saludarlo, y que a su lado suele estar el palqui, planta nativa ocupada por algunos para curar la alergia que le causa a algunos el litre.

Por su parte, la fauna ciertamente no se queda atrás, con la presencia de un bosque esclerófilo, acompañado por codornices, vizcachas, reptiles como el Gruñidor de Valeria, además de las güiñas, el gato andino y el gato colocolo (gato montés); todas, especies con alto grado de amenaza en la actualidad.

Acompañado por el imponente sonido de los saltamontes, el entomólogo Rodrigo Barahona, agregó que la zona tiene distintas especies endémicas protegidas. Dos de ellas son el “borrachito” y el “cascarudo del Poqui”, las que se encuentran clasificadas en peligro crítico de extinción. En riesgo similar se encuentra la “rana de cantillana”, cuyo ejemplar macho cuenta con la peculiaridad de un pecho espinoso que usa para atraer a las hembras en la fase de procreación. Esta especie fue descubierta en el 2015 y hoy se encuentra amenazada por los efectos del cambio climático y la acción del hombre.

Casi dos kilómetros cerro arriba, los invitados comenzaron a intercambiar, distintas experiencias y aprendizajes en torno a la importancia de cuidar el patrimonio natural de Chile Central. La importancia de su conservación radica, entre otros factores, en que, si bien el ecosistema mediterráneo representa solo un 2% de la superficie terrestre, alberga un 20% de la diversidad de la flora mundial, y, aún así, menos del 5% está protegido a escala global. En Chile, ese porcentaje es menor a un 1%.

Derecho Real de Conservación

Promulgado en junio de 2016 (Ley 20.930), el Derecho Real de Conservación (DRC) es una figura legal para el cuidado del medioambiente que establece la facultad de conservar el patrimonio ambiental de un predio o algunos de sus atributos o funciones. Este derecho se traduce en un contrato pactado voluntariamente entre el propietario de un predio y un tercero o titular del acuerdo -idealmente una organización sin fines de lucro y sin conflicto de intereses-, cuyo rol es el de velar por el cumplimiento del acuerdo de conservación y garantizar el resguardo del valor ecológico y/o cultural del área en cuestión.

Fundada bajo la misión de ser una organización garante de conservación robusta, Fundación Tierra Austral utiliza esta herramienta de conservación privada para crear nuevas áreas privadas protegidas que serán resguardadas a perpetuidad a lo largo del país.

“Esta es una ley muy amplia, la cual se diseñó intencionalmente así para que cada DRC se analizara caso a caso, permitiendo acordar distintos usos sostenibles de conservación”, explicó Victoria Alonso, agrónoma, máster en Ciencias en Sustentabilidad Ambiental y directora ejecutiva de Fundación Tierra Austral, quien a su vez -mientras le hablaba a los asistentes- agregó que, «esto no ha sido fácil, estamos orgullosos y contentos. Sin propietarios como ustedes y sin la colaboración de todos, esto no sería posible”.

Santuario de la Naturaleza Cerro Poqui

Cerro Poqui, que a partir del 2018 adquirió la categoría de Santuario de la Naturaleza, también fue el primer acuerdo de DRC firmado por Fundación Tierra Austral, luego de que los propietarios de este lugar -Cristián Vial y su familia- buscaran proteger la zona, un lugar valorado por especialistas por su valor natural, y por la comunidad por su significancia cultural. «Yo nací y me crié aquí hasta mis 18 años, con las luciérnagas, alacranes y arañas pollito. Era un lugar muy bonito y folclórico, pero con muchas amenazas, donde todos los veranos veíamos incendios que duraban tres a cuatro días, y nos llegaba a doler la guata”, relató Matías Vial, agrónomo e hijo del propietario del Santuario, quien agregó que tras el establecimiento del DRC y la consecuente formalización de las acciones de conservación “ha sido lindo ver la evolución de este lugar, que todos en la familia querían tanto, y dar con una herramienta que realmente te entrega recursos y que estos sean a largo plazo, porque las personas van pasando pero la naturaleza queda”.

Uno de los actores claves para que este proyecto se concretara, fue el apoyo de la consultora ambiental Photosíntesis, donde su director ejecutivo, José Gerstle, no dudó al comentar que “el valor ambiental de este lugar es altísimo y está lleno de tesoros en materia de biodiversidad”. A su vez, agrega que, “el DRC nos permite apalancar recursos, generando infraestructura mínima, como la construcción de baños y la señalización mediante la instalación de balizas”.

Hoy, a dos años del establecimiento del DRC, Poqui cuenta con un equipo de trabajo e infraestructura habilitante que permite un desarrollo turístico, educativo y de investigación científica compatible con la conservación de la naturaleza que alberga. De igual forma, el proyecto también ha permitido fortalecer las relaciones de esta iniciativa con distintos actores locales. Así, en los últimos tres meses, el santuario ha sido visitado por más de 300 escolares que vienen de excursión, gracias a un convenio que existe con la Municipalidad de Coltauco y los colegios de la zona. «Aquí no solo vienen a aprender de los nombres y especies, sino que también a tener una experiencia sensorial», puntualiza Matías González, administrador y guardaparque de Cerro Poqui, quien agrega que en un fin de semana normal reciben cerca entre 150 a 200 personas.

Parque La Giganta

Otra de las iniciativas de conservación que forman parte del proyecto Boldo Cantillana, es el Parque La Giganta, un ecosistema semiárido de más de 270 hectáreas, ubicado en la comuna de Panquehue, región de Valparaíso. Desde el año 2020 este lugar se encuentra protegido a perpetuidad con un acuerdo de DRC junto a Fundación Tierra Austral.

«Tenemos el desafío de que siempre se nos ha dicho que la naturaleza es verde. Nosotros estamos a 1km de San Felipe, y la conservación en el Valle Central quizá no pueda sacar al humano de la ecuación, como sí ocurre en otras regiones más apartadas como la Patagonia”, dijo Pablo Fontaine, propietario del Parque La Giganta, durante un momento de descanso en la excursión.

Nicolás Melo, director del parque, agregó que en La Giganta “buscamos valorizar y proteger el parque. Para ello, el DRC resultó ser la herramienta más fácil de implementar, donde si uno tiene la convicción de querer conservar, este derecho te entrega un camino expedito para llegar a acuerdos entre privados, definiendo qué es lo que quieres conservar y cómo lo harás”.

En el marco de su décimo aniversario, Tierra Austral ha logrado crear siete nuevas áreas privadas protegidas a perpetuidad a lo largo de Chile: cuatro de ellas en el ecosistema mediterráneo (Condominio Ecológico Águila Sur en la región Metropolitana, San Jorge y Parque La Giganta en Valparaíso y Cerro Poqui en O’higgins), y tres en el sur de Chile, específicamente en la región de Los Lagos, (Lago Chapo, Fundo Encantado y Río Chico). Asimismo, esperan lograr nuevas áreas protegidas dentro de los próximos meses, privilegiando el resguardo de ecosistemas críticos del país de cara a la crisis del cambio climático y la consecuente pérdida de biodiversidad.

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