Las recientes incautaciones de erizo bajo la talla mínima legal de extracción llevan a preocuparse por la sustentabilidad del recurso, así como por las medidas administrativas en la Región de Aysén y el impacto en el sector artesanal.
Desde la segunda mitad de la década de los años ´70 la pesquería del erizo ha sido una de las más importantes para el sector de la pesca artesanal de Chile, en particular de la zona sur, tanto por lo que significa esa actividad económica como por la cantidad de pescadores artesanales que en ella participa (buzos, tripulantes, armadores y otros). Aunque se extrae a lo largo de todo el litoral, los principales desembarques provienen de la Región de Los Lagos a la Región de Magallanes.
Esta pesquería bentónica se ha consolidado internacionalmente, llegando a representar 65% de los desembarques mundiales de erizo entre mediados de los años ´90 y la segunda mitad de la década del 2000. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentos (FAO por su sigla en inglés), en el año 2020, Chile contribuyó con cerca de 45% de la producción mundial de erizos. Ese mismo año, el Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (SERNAPESCA) informó que el mayor desembarque de erizos ocurrió en la Región de Magallanes con cerca de 18.200 toneladas, seguido de la Región de Los Lagos, casi 11.900 toneladas, por su parte la Región de Aysén contribuyó con 5.819 toneladas, lo que representa 16,2% del desembarque de la zona sur. Aunque la Región de Los Lagos aparece con un alto desembarque, se debe considerar que una parte significativa de las capturas proviene de zonas de pesca localizadas en la Región de Aysén. Otra característica de la pesquería de esta especie es que 90% de los desembarques provienen de las llamadas Áreas de Libre Acceso (ALA), y el 10% restante se extrae desde las Áreas de Manejo y Explotación de Recursos Bentónicos (AMERB), porcentaje que ha aumentado notablemente desde el 2018, cuando la contribución era de solo 3 a 4%.
El manejo de la pesquería en las áreas de libre acceso de la Región de Los Lagos y Región de Aysén se sustenta en la determinación de una cuota global de captura, la que es definida por el Comité Científico Técnico de Recursos Bentónicos en base a los estudios realizados por el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP). Las medidas de protección más importantes son la veda reproductiva, desde el 15 de octubre al 15 de enero, y la talla mínima legal de extracción que se fijó en 7 cm de diámetro sin púas en el año 1986 para todo en territorio nacional, la cual se ajustó a 6 cm entre 2005 y 2017 cuando funcionó el Plan de Manejo de las Zonas Contiguas (PMZC) de las Regiones de Los Lagos y Aysén, a lo que la comunidad científica levantó la alerta resaltando el riesgo que significaba esa medida para la pesquería, donde las autoridades respondieron en fijar la talla de 6,5 cm sin púas.
Las recientes incautaciones de erizo bajo la talla mínima legal llevan a preocuparse por la situación del recurso y sus medidas de administración en la región y el impacto en el sector artesanal de Aysén. El año 2021 las incautaciones alcanzaron cerca de 86 toneladas, de las cuales un tercio correspondía a ejemplares bajo la talla mínima legal. Sumado a que se desconoce cuanto más se ha capturado y desembarcado de manera ilegal.
La pesquería de erizo está declarada en Régimen de Plena Explotación y regulada por cuotas globales de captura. La última evaluación del IFOP muestra que, para la Región de Aysén, la condición de la biomasa desovante, es decir, aquellos ejemplares que han alcanzado la madurez sexual, se encuentra muy próxima a su límite de conservación biológica, situación que se arrastra desde el año 2014, y con riesgo de pasar al estado de sobreexplotación o colapso. Considerando esto, la pesca ilegal y no declarada, principalmente aquella ejercida sobre ejemplares bajo la talla mínima legal de extracción, significan graves riesgos para la conservación del recurso erizo y la sostenibilidad económica de la actividad extractiva y de toda la cadena de valor. Es muy probable que estos dos elementos sean los principales responsables de que la situación de la biomasa no se haya recuperado desde el año 2014.
La Región de Aysén tiene un alto potencial de crecimiento en cuanto al desarrollo de la pesca artesanal, así como para recuperar el estado de sus pesquerías, para lo cual se requiere del trabajo conjunto de pescadores artesanales, comunidad científica, reguladores, organismos fiscalizadores y por cierto la comunidad.
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