Investigadores de CIEP se encuentran transfiriendo resultados a administradores y propietarios de doce cuencas que llevan cerca de seis años monitoreando intensamente en la Región de Aysén, donde evaluaron caudal de ríos y arroyos, calidad del agua y biodiversidad, entre otros.
Todos los arroyos, ríos y lagos tienen asociado una cuenca hidrográfica. La cuenca es el área donde toda la lluvia o nieve derretida corre cuesta abajo por los suelos y aguas superficiales, recolectando y transportando sedimentos, para finalmente salir por un arroyo o río. Por tanto, todas las actividades que ocurren dentro de una cuenca afectarán de una u otra manera los recursos naturales y la calidad del agua de esta. En una muestra de agua puede medirse el estado de “salud” de la cuenca.
El Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP), realiza un monitoreo intensivo de la parte alta de cuencas, que comenzó el 2016 y considera 12 ríos o arroyos de montaña, de los sectores de Coyhaique Alto, Trapananda, camino lago Portales y cercanías del río Engaño, Bahía Murta. En ellas se muestrea el caudal, nutrientes, atributos de la cuenca, como el bosque, suelo, funciones ecosistémicas, descomposición de hojarasca, y biodiversidad, específicamente flora vascular, pequeños insectos acuáticos, hongos, musgos, algas, etc. Dentro de este equipo de científicos se encuentran los limnólogos Brian Reid y Anna Astorga, el especialista en recursos forestales y conservación Paulo Moreno y Luis Uribe, biólogo marino y especialista en análisis de agua dulce.
Transferencia de resultados de monitoreo de cuencas
Paulo Moreno detalla la importancia de contar con este monitoreo permanente. “Se está estudiando el comportamiento del caudal que llevan algunos arroyos de montaña. Esta zona es un área de las más susceptibles a los cambios globales que está presentando el planeta. Este monitoreo del caudal, o hidrología nos sirve para entender o asociar con características de los usos del suelo de las cuencas, por ejemplo, porcentaje de bosques y zonas sin vegetación, praderas, zonas sobre el límite vegetacional, etc. Permitiéndonos tener mejores aproximaciones del valor e importancia de este recurso, y así contar con una herramienta para la planificación anticipada al cambio climático o a las medidas de conservación del agua. Estas cuencas de referencias, o con menos impactos, pueden extrapolar ciertos datos al resto del territorio, dándonos luces de cómo se están comportando las cuencas ahora y predecir de alguna forma el futuro”.
Durante este año los investigadores de CIEP se encuentran entregando los resultados a los propietarios y administradores de estos territorios. Una de las primeras instancias abordó la cuenca de la Estancia Punta del Monte, donde Alejandro Galilea, uno de los colaboradores del proyecto de monitoreo y representante de la estancia, asistió a esta presentación, valorando el trabajo. “Todo lo que se genera desde la parte científica, es importante para el conocimiento del territorio y para ver cómo vas interactuando o generando mejoras en tus sistemas productivos. Con el tema de las aguas es tan importante, con lo que está sucediendo con el cambio climático, en todos los procesos biológicos y ecosistémicos. Tenemos que irnos anticipando a conocer cómo está afectando esto y como estamos afectando en el uso del suelo con la ganadería o la parte forestal, y que tipo de manejo se tiene que hacer para que sea más sustentable y de mejor forma. Mientras conozcamos qué requerimientos hay para que sea un trabajo mejor, todos vamos a tener mejores condiciones a futuro”.
Quienes también se han reunido con los investigadores, apreciando los resultados y la valiosa información fue CONAF, con la presencia de la directora regional Loreto Pedrasa, la jefa de Áreas Silvestres Protegidas Andrea Bahamonde y el encargado de la Reserva Nacional Trapananda Julio Molietteri. “El monitoreo de cuencas que realiza el CIEP en la Reserva Nacional Trapananda provee información confiable y sistemática, que nos aporta a la gestión del Área Silvestre Protegida, ya que evidencia el estado de los ecosistemas insertos contribuyendo a una gestión integrada de éstos, no sólo de los recursos hídricos, sino que también, de la biodiversidad presente, para una toma de decisión informada y con data científica en contexto de crisis climática”, destacó la jefa de áreas silvestres protegidas Andrea Bahamonde.
Por el momento este equipo de trabajo se encuentra reuniéndose con más administradores y propietarios de los sectores estudiados y continuará monitoreando las cuencas con el objetivo de evaluar las funciones ecosistémicas, cuantificar sus flujos y prever escenarios futuros, generando medidas de mitigación y que preserven de mejor medida los recursos de la Patagonia aysenina.