El uso de invernaderos ha permitido reducir la estacionalidad e incrementar la oferta de hortalizas frescas en la región de Aysén. A pesar de ello, aproximadamente el 80% de la demanda es satisfecha con productos introducidos desde otras regiones. De esta forma se configura un escenario donde la producción en invernaderos puede convertirse en una herramienta muy relevante para la agricultura regional.
Si bien el fomento estatal a la producción hortícola se ha enfocado en incrementar la superficie cubierta con invernaderos, incorporar nuevas tecnologías agronómicas, capacitar a productores y en estimular la asociatividad en la comercialización, nuestra región sigue presentando dificultades en la producción e implementación sobre el uso de invernaderos, ya sea por una infraestructura que no se adapta a las condiciones climáticas, como el impacto del viento o nieve, o bien por desconocimiento de técnicas y tecnologías agrícolas.
El requisito más básico para el desarrollo de la horticultura es que la estructura del invernadero sea capaz de soportar las cargas agroclimáticas regionales, a la vez que se proporcionen las condiciones agronómicas apropiadas para los cultivos. Un gran porcentaje de la infraestructura productiva presenta daño estructural severo que es atribuible a un diseño estructural deficiente, condicionando negativamente el crecimiento de la actividad como motor del desarrollo rural. Paralelamente, la horticultura presenta un incipiente desarrollo de tecnologías relacionadas al monitoreo ambiental, que permiten un uso más eficiente de la infraestructura productiva y una oferta más estable de productos frescos, lo que se ha sumado a la baja investigación y transferencia con que cuenta Aysén en esta materia.
Un reciente proyecto, financiado por la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) del Ministerio de Agricultura fue asignado al Centro de Investigación en Ecosistemas de la Patagonia (CIEP), liderado por el investigador residente Dr. Pablo Mata, el cual se enfoca en diseñar de manera participativa, en conjunto con los potenciales usuarios y profesionales del rubro, un conjunto de tres modelos de invernadero modular que cuenten con un diseño estructural capaz de resistir apropiadamente las condiciones asociadas al viento y la nieve existentes en cualquiera de las zonas agroclimáticas de la región, a la vez que proporcionen un ambiente controlado apropiado para el cultivo hortícola. Los modelos propuestos deben ser validados mediante prototipos y pilotos productivos, y deben permitir una buena integración con tecnologías modernas de producción. Se considerarán opciones de diseño que sean fácilmente adaptables a productores de diversos tamaños (auto-consumo, micro-empresa y pyme) y que sean viables económicamente considerando la rentabilidad del negocio hortícola. Los diseños además debieran permitir la contratación de un seguro por siniestros medio-ambientales.
El desarrollo de los nuevos tipos de invernadero se complementará con acciones de transferencia de la experiencia obtenida con los invernaderos piloto y capacitación para su buen uso y manejo, junto al uso de herramientas tecnológicas y de comunicación (TICs) para el monitoreo ambiental al interior de los invernaderos. Buscando crear un bien de acceso público que se complemente con un paquete de transferencia tecnológica para mejorar las capacidades productivas instaladas en el sector.
El proyecto descrito de denomina “Proyecto de Innovación. Aumento de la Superficie de uso para el rubro de hortalizas por medio del desarrollo de Infraestructura modular adaptada a distintas zonas agroclimáticas – Región de Aysén” (PYT-2021-0648).
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