SALINIDAD DE LOS SUELOS: DESAFÍA LAS CONSTRUCCIONES EN LA ZONA NORTE

El contenido de sal en terrenos podría superar fácilmente el 10 %, una situación con implicancias tanto para el sector inmobiliario como para la industria minera.

El Centro de Investigación, Desarrollo e Innovación de Estructuras y Materiales (Idiem) de la Universidad de Chile opera varios laboratorios en la zona norte del país para evaluar a través de ensayos técnicos las propiedades de los terrenos en dichas áreas. Estos ensayos permiten evaluar parámetros críticos tales como la compactación, el contenido de humedad y la salinidad de los suelos; además de las características del hormigón en obras.

La presencia de sal en los terrenos supone uno de los puntos más desafiantes para el sector de la construcción a nivel local, con implicancias que alcanzan al sector inmobiliario y a la industria minera, rubro estratégico de la economía nacional. Como referencia, mientras los suelos de las regiones de la zona central pueden tener como máximo un 3% de composición de sal, en el extremo norte este indicador puede trepar fácilmente por sobre el 10%.

Los centros del IDIEM en las regiones del norte de Chile se ubican en las ciudades de Arica, Iquique, Calama, Antofagasta y Coquimbo, estos laboratorios son actualmente puntos neurálgicos para la entrega de servicios de ensayos a diversos proyectos del sector minero. Las constructoras que operan como contratistas en esta industria son hoy un cliente habitual para los laboratorios del centro dependiente de la Universidad de Chile, principalmente en la ejecución de ensayos a dos materiales: suelos y hormigones.

“Estamos frecuentemente atendiendo proyectos en operaciones mineras, tomamos los materiales de estas áreas y luego los trasladamos para analizarlos en nuestros laboratorios. Actualmente lo que nos está dando mucho trabajo en la zona norte son los ensayos que nos permiten determinar el contenido de sal en los suelos, antecedente que es clave para el sector de la construcción” comenta Juan Guzmán, jefe de la división de control de obras del IDIEM.

El problema de la salinidad

Luis Yáñez, jefe de la sección obras norte del IDIEM, explica que las pruebas y ensayos miden el contenido de sales solubles, así denominado porque es una sal que, en contacto con agua, se puede disolver. El efecto de este problema en una obra es que la presencia de sal hace que se pierda material y, por consiguiente, estabilidad en el terreno, perjudicando, por ejemplo, las fundaciones de una estructura.

Las constructoras, frente a este escenario de suelos con alta salinidad, deben realizar algunos tratamientos, entre ellos el relleno de material. Aunque las regiones del norte no reciben aguas lluvias de forma permanente, eventos extremos como las inundaciones registradas en regiones como la de Atacama en años recientes pueden derivar en emergencias.

Luis Yáñez precisa que el problema tiene dos dimensiones: por una parte, un suelo con excesiva presencia de sal soluble puede perder estabilidad originada por lluvias o agentes externos; pero esto también puede originarse por las filtraciones de las mismas cañerías de la edificación y causar daños a las estructuras en el largo plazo.

En minería, esto puede llegar a ser potencialmente un elemento crítico: por ejemplo, un tranque de relaves de material con excesivo contenido de sales solubles aumenta la probabilidad de que el agua filtre dentro de la misma estructura y termine ocasionando pérdida de material y una menor estabilidad.

“los resultados de ensayos a suelos son como una huella digital de éstos. Cada suelo tiene propiedades distintas y nuestros ensayos permiten caracterizar el terreno y evaluar cómo se va a comportar frente a las distintas condiciones que le impondrá el proyecto”, afirma Guzmán.

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