Este último ha año ha estado lleno de desafíos y es el momento de reinventarnos poniendo énfasis en el medio ambiente.
Por: María José Vargas, socia Desafío Ambiente, empresa que transforma los residuos plásticos en sillas, mobiliario y material de construcción.
La pandemia nos arrojó de lleno y en forma global en una crisis y como toda crisis derivó, queramos o no, al cambio. Hoy vemos la caída de gran parte de los sistemas a los que estábamos acostumbrados. En poco tiempo se derrumbó el sistema laboral tradicional, la educación, la salud y la economía e incluso la forma de relacionarnos como seres humanos, disminuyendo al máximo el contacto físico y las demostraciones de afecto incluso con nuestros seres queridos.
La pandemia entró e irrumpió con todo y nos obligó a reinventarnos y adaptarnos dando paso a la implementación definitivamente del teletrabajo, clases online o homeschooling e incluso la telemedicina, algo casi impensable para muchos hace solo un par de meses.
Este nuevo contexto, donde el sistema tradicional está en el suelo, lo podemos tomar como una gran oportunidad de reconstrucción de los sistemas y hábitos. Con una mirada un poco más positiva podemos ver que hay una oportunidad para hacer un nuevo planteamiento de la economía e implementar lo que se estaba tratando de empujar hace rato.
Con este quiebre, al que nos ha obligado la COVID-19, se debería exigir que todo lo que se reconstruya ahora tenga como base estructural la economía circular y de esta manera disminuir el consumo, por ende, los desechos y luego estos convertirlos en materias primas otra vez, reintegrándolos al sistema.
Estamos frente a un momento único para reconstruir, pero esta vez con una estrategia. Todo siempre se fue tejiendo de una manera espontánea y sin muchas directrices, en cambio ahora tenemos la oportunidad de generar en conjunto un orden para construir la nueva vida en el ámbito social, económico y, por supuesto, ambiental. Y, claro, todo inserto en un sistema de alma circular, tratando de crear mejores tecnologías y más sostenibles, así como generar mejores hábitos entre los ciudadanos.
Con este escenario podremos generar modelos de negocios que permitan la recirculación de materiales, especialmente el abundante plástico. Como ya es sabido el mal uso y desecho indiscriminado de este material ha dado origen a, al menos, unas seis islas que se mueven en los océanos impactando la flora y fauna marina, así como a nosotros los humanos.
Es un momento que podemos aprovechar positivamente para crear políticas y medidas, así como para educar y de esta forma sacar algo valioso de esta intensa experiencia para nuestra sociedad y nuestro afectado planeta.