HUMANOS DETRÁS DE LA TRANSFORMACIÓN DIGITAL

Por: Andrés Amigo, gerente general de MegaArchivo y co-director Académico Diplomados de Logística, Facultad de Administración y Economía U. de Santiago de Chile. Ingeniero Civil, MBA Dirección de Empresas.

En Chile y el mundo se habla cada vez más de la transformación digital, la mayor parte de las veces sin realmente entender qué es este concepto. Sólo se corre hacia un mundo que nos “promete” procesos que sustituyen a los humanos en labores simples y repetitivas, casi viéndolo como un obstáculo para lograr procesos eficientes dentro de la organización.

Más aún con la llegada de la pandemia, todos buscan eficiencia y ahorros de costos, temas que se entrelazan sin mucho éxito con la llamada transformación digital, la cual busca en esencia llevar a la organización hacia procesos diseñados y gestionados a través de flujos de información digital que generan en un estado de correcta puesta en marcha, datos que son fuente de conocimiento muy relevantes para las empresas y que éstas pueden hacer uso de ellas para agregar valor o lograr eficiencia en sus negocios.

Si consideramos la muy humilde definición de transformación digital que acabamos de declarar veremos que lo que justamente necesitamos para que estos procesos sean exitosos es revalorizar el capital humano como fuente esencial de los procesos de desarrollos de cambios.

Algunas empresas altamente tecnologizadas ya han comenzado a entender la importancia de rescatar el valor del capital humano, la relevancia de los procesos de aprendizajes, desarrollo y gestión del conocimiento como fuente de los procesos de cambios que impulsan conceptos como la transformación digital.

La apuesta entonces es justamente hacia el valor de las personas dentro de la organización, esto sin dudas reditúa en el compromiso, profesionalismo y por sobre todo un concepto básico en todo esto: “Confianza”.

Pues constantemente hablamos de la importancia de la confianza entre cliente-empresa, confianza del mercado, etc. Pero acaso ¿no debería la confianza empezar al interior de cada empresa? ¿de cada área? ¿de qué sirve los flujos de información en tiempo real sin la confianza? Nos cuesta ponernos a pensar algo tan obvio, pero confiamos sólo bajo dos supuestos esenciales: la experiencia positiva y la credibilidad. Ambos conceptos están acuñados a fuego en relaciones humanas exitosas entre proveedor-cliente (mismo dentro de la organización proveedor interno-cliente interno).

Cabe señalar que las compañías que mejor sortearon el confinamiento fueron justamente las que contaban con un “buen equipo” de trabajo, es decir “comprometido y confiable”. En cualquier tipo de negocio, la clave es el capital humano, pues es la única fuente real de valor. Por supuesto que nada de esto es fácil. La motivación, la pertenencia, construir una cultura organizacional que sustente lo mencionado lleva tiempo, sudor y algunas lágrimas.

Es fascinante identificar las habilidades y talentos que generen el sustrato sobre el cual su puede hacer crecer un “buen equipo”, es decir el desarrollo de líderes positivos que se incrusten en la piel la cultura de la excelencia organizacional basada en el respeto, cuidado y desarrollo de las personas del equipo. Solo este camino puede conducir a un proceso de transformación digital exitoso.

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