APORTES Y DESAFÍOS FRENTE AL USO EDUCATIVO DE CHATBOT IA

Por Cristián Villegas Director Instituto de Educación y Lenguaje Universidad de Las Américas

Los chatbots no son herramientas que surgieron hace poco. Ya desde la década de los sesenta, con la creación de ELIZA, se da la primera experiencia que fue capaz de reconocer palabras clave o algunas frases para poder dar una respuesta programada. También estuvo PARRY, simulador de una persona con esquizofrenia, y a fines del siglo anterior, se dio a conocer a ALICE, una herramienta que usaba procesamiento de lenguaje natural permitiendo una conversación fluida.  Desde entonces, se avanzó de manera acelerada hasta llegar a la actualidad, que hoy gracias al apoyo de la inteligencia artificial (IA) permite generar diálogos prácticamente indistinguibles de los humanos, originando interesantes posibilidades educativas, pero a su vez riesgos y desafíos que no hay que ignorar.

Desde el punto de vista positivo, los chatbots pueden convertirse en asistentes digitales personalizados que facilitan en gran medida el proceso de aprendizaje, por ejemplo, en el ámbito del lenguaje, un chatbot sugiere mejoras de redacción y corrige la gramática. Asimismo, es posible utilizarlos como tutores de idiomas, asistentes para procesar datos, e investigar, entre otras tareas. Este tipo de apoyo logra ser aún más preciso si un docente o el propio estudiante configura un chatbot con ciertas instrucciones en torno al soporte que debe prestar.

Si bien su uso educativo tiene un conjunto de ventajas, también presenta retos. El principal temor es que los alumnos plagien contenidos y hagan sus trabajos íntegramente con IA. Una encuesta de Intelligent muestra que el 25% de los estudiantes universitarios estadounidenses admitió haber utilizado una IA para realizar tareas académicas. Esto pone en jaque a los docentes, especialmente en la urgencia de actualizar sus prácticas evaluativas. Si no hay un cambio de verdad, los alumnos no podrán generar competencias clave para su desarrollo profesional, entre las que destaca el pensamiento crítico y la búsqueda certera de información.

Los chatbots con inteligencia artificial suponen una revolución en el aprendizaje. Su implantación debe ir acompañada de directrices claras, de un código de ética, de una formación del profesorado y mecanismos de control para evitar su mal uso. Solo así se podrá aprovechar todo su potencial transformador, preservando la integridad académica y asegurando el desarrollo de habilidades y aprendizaje de parte de los estudiantes.

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