Por Francisca Fuensalida, Socia Directora VF Comunicaciones
Las redes sociales son una herramienta poderosa para comunicarnos, compartir experiencias, expresar opiniones y divertirnos. Sin embargo, no son la mejor fuente de información para estar al día de lo que ocurre en el mundo. La desinformación, las noticias falsas, los discursos de odio y la manipulación abundan en estas plataformas, que se basan en algoritmos que nos muestran lo que queremos ver, no lo que necesitamos saber.
Por eso, es importante tener un espíritu crítico y contrastar la información que recibimos por las redes sociales con otras fuentes más fiables y rigurosas, como los medios de prensa. Estos tienen, en su gran mayoría, una trayectoria, reputación y principios éticos que los obligan a verificar los datos, citar las fuentes y rendir cuentas ante la sociedad. Además, tienen profesionales cualificados que investigan, analizan y explican los hechos con rigor profesional.
No se trata de renunciar a las redes sociales, sino de usarlas con responsabilidad y sentido común. Podemos entretenernos con ellas, pero no informarnos solo por ellas. Debemos ser conscientes de que la información es un bien público, que nos permite formarnos una opinión propia, ejercer nuestros derechos y deberes ciudadanos y participar en la vida democrática. Por eso, debemos buscarla, valorarla y difundirla con criterio y respeto.
Las redes sociales y los medios de prensa tradicionales no son enemigos, sino aliados potenciales para fomentar una comunicación más plural, diversa y participativa. Pero para ello, necesitamos una ciudadanía activa, crítica y educada, que sepa distinguir entre lo verdadero y lo falso, entre lo relevante y lo superficial, entre lo que informa y lo que desinforma. La invitación es a salir de las propias trincheras ideológica para así poder generar un diálogo informado, interesante y que aporte al bienestar del país.
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