Por Adriana Guerrero, gerenta de Gestión y Desarrollo Club de Innovación
La 15° versión del Global Innovation Index (GII), publicada este año 2022, trae buenas noticias para Chile, posicionándonos una vez más como líderes entre los países de Latinoamérica. El resultado de este índice, toma una especial relevancia, ya que nos sitúa en el puesto número 50 de las 132 economías evaluadas, correspondientes a las más innovadoras del mundo, superando nuestra posición 51 del año 2019, a pesar de todo lo vivido en el ámbito sanitario, económico y social.
A pesar de las vicisitudes que ha arrastrado la pandemia por COVID-19, y este año la guerra, como país hemos aprendido a darle continuidad e impulsar la innovación, y por sobre todo, al emprendimiento.
Somos el país de la región que ha impulsado y colocado un especial acento a la reactivación de las pymes, procurando establecer las vías necesarias para abrir oportunidades a los emprendedores junto con dinamizar el ecosistema de innovación y emprendimiento.
Si bien esto parece contradictorio, dentro de los resultados que arroja el índice respecto al financiamiento para startup y escalamiento, no olvidemos que el trabajo de los diferentes actores del ecosistema para que esto persista y rinda frutos, son muchos. Esto se traduce en reconocer que como país si bien aún tenemos que seguir potenciando la sostenibilidad de los emprendimientos locales, desde otra arista es un punto que se destaca en el informe, lo cual genera esfuerzos positivos en los asuntos regulatorios y creación de nuevos negocios, pues desde la creación de nuevos negocios vemos un incremento en el sistema de propiedad intelectual y las solicitudes de marca.
Pero, ¿qué nos falta para seguir avanzando y/o mejorando? Sin duda que inversión y colaboración.
Permitirnos oportunidades de mejora en temas relacionados a las dimensiones de capital humano e I+D empresarial. En este sentido el cuello de botella está siendo la baja colaboración entre la industria y la academia. Por tal motivo, las empresas se deben atrever a colaborar con las universidades, y lo mismo para la academia con las empresas, incluyendo colaboraciones de validación de desarrollos, y darse la oportunidad de colaborar generando incentivos en innovación.
Por otro lado, necesitamos focalizar los esfuerzos en el financiamiento para startups y su escalamiento. Para ello, es vital impulsar tanto las redes de inversión ángel, como también los venture capital, esto es otra manera de invertir en una startup y tener una parte accionaria. Pues va de la mano que, si tenemos mejores y mayores desarrollos, se traducirá en un impacto positivo al crecimiento económico del país y con ello en el apalancar las exportaciones de tecnología.
Finalmente, solo mencionar que como Club de Innovación, el primer Hub de Innovación Corporativa de Chile, estamos orgullosos de estos resultados, y creemos que son fruto de los esfuerzos colectivos y colaborativos realizados en los últimos años, donde destacamos la participación de los distintos centros de innovación, de las universidades, de las empresas y del Estado, pero también la confianza y colaboración que se está dando entre los países vecinos, junto a quienes recientemente creamos la Red Latinoamericana de Clubes Innovación, RELACI.
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