LA SEGURIDAD EN EL MANEJO Y CONSUMO DE MEDICAMENTOS

Por Natalia Castillo, académica Escuela de Técnico de Nivel Superior en Enfermería, UDLA

Los medicamentos son productos químicos que, para mantener sus propiedades, necesitan ciertas condiciones, entre ellas, las principales son las de temperatura y humedad. Los fármacos necesitan ser utilizados en dosis ajustadas al peso y edad de las personas, por ello, existen formulaciones especiales para niños, por ejemplo, en gotas o jarabe, lo que además facilita su ingesta.

Los medicamentos tienen componentes que pueden ser dañinos para las personas si no son consumidos en las dosis adecuadas, por las vías correspondientes (oral, subcutánea, tópica, entre otras) y para las patologías correctas. Además, al ser ingeridos en forma simultánea a otros pueden tener interacciones, potenciando o inhibiendo el efecto de alguno de ellos.

La automedicación con productos de venta libre, como ciertos analgésicos, antiinflamatorios y antipiréticos, entre otros, debe ser con precaución. La autoprescripción de medicamentos que necesitan receta médica, como antibióticos, ansiolíticos, corticoides y antiulcerosos, entre otros, no está recomendada y puede llegar a ser peligrosa.

Por ejemplo, en el caso de los antibióticos, existe la creencia de que sirven para cualquier infección, sin embargo, esto no es correcto, ya que cada fármaco sólo sirve para eliminar algunos tipos de bacterias y en otras no produce efectos. Es así como tampoco tienen acción sobre enfermedades producidas por virus.  El consumo de este tipo de medicamentos no recetados puede empeorar el cuadro infeccioso, retardar la búsqueda de atención médica y agravar con ello el estado de salud de la persona afectada.

Por todo lo anterior, es imperativo hacer un adecuado manejo de los medicamentos en el hogar.

Los medicamentos deben ser almacenados en lugares ventilados, con una temperatura de alrededor de 25°C, sin exposición directa al sol ni a la humedad. Por esta razón, no es recomendable mantenerlos en baños y cocinas, ya que son lugares de gran humedad y que pueden mantener temperaturas elevadas.

Se debe evitar la autoprescripción y el consumo de medicamentos por recomendación de terceros, sólo se deben consumir los fármacos prescritos por un médico, quien debe evaluar, además de los síntomas, todos los medicamentos, hierbas o remedios naturales que se tomen en paralelo. Se deben revisar las fechas de caducidad de los medicamentos y nunca ingerirlos si están vencidos.

Para evitar intoxicaciones accidentales en los niños, los fármacos deben estar fuera de su alcance y preferentemente en lugares que se puedan mantener cerrados con llave, es decir, se debe evitar que estos se guarden en veladores o cajones que estén a su nivel, o en recipientes que sean atractivos para ellos (de colores o parecidos a un juguete), especialmente los ansiolíticos, inductores del sueño o similares. 

El manejo seguro de los medicamentos en el hogar puede colaborar a mantener la salud y evitar daños que pueden llegar a ser severos e irreparables para las personas afectadas y sus familias.

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