En una encuesta que realizamos en Fundación Chile a más de dos mil usuarios en el marco de la iniciativa Refriclaje, un 50% dijo jamás haber reciclado un aparato eléctrico o electrónico. Hoy en Chile se generan aproximadamente 10 kilos de chatarra electrónica al año por habitante, tendencia que va en alza, y solo alrededor de un 4% de esos residuos son tratados.
En este escenario, se pierde la oportunidad de valorizar componentes de los residuos eléctricos y electrónicos (RAEE) como metales preciosos, vidrio, acero, cobre, aluminio, plásticos, entre otros. Y no solo eso, no reciclar adecuadamente estos aparatos nos expone a componentes peligrosos y a la liberación de sustancias tóxicas, como los gases refrigerantes, que ponen en riesgo la salud humana y de nuestros ecosistemas.
Los resultados de la campaña Refriclaje, que logró el recambio de 1.600 refrigeradores en Chile por equipos altamente eficientes, evidencian el enorme potencial de circularidad que tienen los residuos electrónicos. Al darle un manejo ambientalmente adecuado a los refrigeradores antiguos recolectados, logramos reciclar 98 toneladas de residuos, lo que equivale al peso de 60 autos medianos.
74 toneladas de estos residuos eran metálicos, 10 de plástico y 4 de vidrio. Logramos reciclar también 800 kilos de cables y 190 kilos de gases refrigerantes. Cincuenta kilos de esos gases correspondían al gas refrigerante CFC R-12, cuyo impacto medioambiental es tal, que solo un gramo liberado puede degradar una hectárea de capa de ozono, manteniéndose en la atmósfera por hasta 100 años.
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Estos materiales reciclados podrán ser usados como materias primas para diversos productos, y los gases, utilizados para otros sistemas refrigerantes.
Los resultados son positivos, pero es importante avanzar con urgencia para que el reciclaje de residuos electrónicos en Chile aumente, sobre todo dado el contexto de cambio climático que enfrentamos. La capacidad de reciclaje y recolección es todavía escasa, y aún más en regiones. Hoy en el país existen solo ocho empresas gestoras de estos residuos. Gran parte de los RAEE se exportan debido a que, según declaran las empresas, ha terminado siendo la mejor alternativa para recuperar, por ejemplo, metales preciosos y valorizarlos.
Se espera que con la implementación de la Ley REP para Aparatos Eléctricos y Electrónicos, aumente la demanda por los servicios de reciclaje ofrecidos actualmente por las empresas gestoras. Al mismo tiempo que la normativa, es necesaria una adecuada capacitación y sensibilización no solo de quienes los administran y operan, sino también de los consumidores y población en general. En Fundación Chile estamos comprometidos con un Chile con menos residuos. Estamos trabajando con recicladores de RAEE y en campañas de concientización ciudadana. Si no generamos un cambio pronto, se estima que al 2027 la cantidad de chatarra electrónica aumentará en un 46,5%.
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