Por Francisco Paredes, director de Estrategia AltumLab. MBA U. Mayor. Diploma Innovación MIT.
Aún recuerdo cuando hace varios años atrás llovía literalmente a cántaros. No un par de días, semanas completas. Hoy lo recuerdo apenas un par de días al año cuando llueve.
Frente a la histórica sequía de 10 años, donde más de 1 millón de familias no tiene acceso directo y se abastece mediante camiones aljibes* y donde el recurso es parte del sector productivo que generan aprox 60% de la del PIB*, el problema es transversal.
Ante el escenario, diversas instituciones han puesto en marcha acciones para volverse más eficientes en el uso del recurso. La creación de una Subsecretaría de Recursos Hídricos fortalecerá iniciativas que prioricen el consumo humano por sobre el sector productivo. Mientras tanto, las empresas comienzan a incorporar nuevas tecnologías que permitan usar eficientemente el recurso de la mano de los Acuerdos de Producción Limpia, impulsados por el Ministerio de Economía y Corfo, donde de acuerdo a metas lograrán certificarse como empresas responsables medioambientalmente.
Sin embargo, una de las grandes problemáticas es cómo reducir el consumo hídrico manteniendo los mismos niveles de producción. El sector agrícola e industrial usan grandes cantidades de agua para sus procesos, y es difícil determinar en qué parte de la cadena existe espacio para reducir el consumo, o limitar su contaminación. Ejecutar acciones restrictivas sin considerar el impacto, puede tener consecuencias en la productividad, lo que limita el poder de la toma de decisiones. El compromiso empresarial se cae cuando ven nublada su capacidad para aplicar este tipo de medidas.
El panorama no es todo gris: gracias a diversas tecnologías donde se consideran datos históricos, es posible proyectar escenarios productivos con reducciones considerables en el uso de agua. Las empresas que cuentan con planificaciones de riego, y sensorización pueden determinar cada vez con mayor precisión, considerando el clima, el tipo de suelo y la nutrición, cuánto deben ajustar el riego, manteniendo la calidad del producto final. En minería, por ejemplo, es posible predecir cuánta agua utilizar de acuerdo a la variabilidad de las materias primas, o tipos de relave utilizados, entre otros.
El uso eficiente de agua en el área productiva, juega un rol clave no sólo en disminuir los costos asociados al recurso, de transporte y de riego, produce externalidad positiva en las comunidades que usan la misma fuente hídrica.
Adoptar nuevas iniciativas que permitan incorporar tecnología genera modelos de negocio más competitivos y una imagen hacia el consumidor de responsabilidad agregando valor.
El compromiso de tomar acciones empresariales hoy, permitirá que las próximas generaciones tengan un mejor acceso al agua.
(* fuente DGA)