Sin duda, la pandemia llegó para cambiar la vida de todas las personas. Un claro ejemplo de aquello, es la nueva forma de trabajo que se implantó desde el comienzo de las cuarentenas: el home office, teletrabajo o trabajo remoto se hizo masivo. Esta modalidad era ocupada solo por algunas empresas del área, sin embargo, cuando las restricciones se instalaron en nuestras vidas, la gran mayoría se sumó a esta forma de trabajo.
Aunque este cambio de modalidad significó un gran desafío, tanto para las empresas como para sus integranrtes, hoy es un modelo totalmente aceptado que cada vez toma más presencia en el mundo empresarial.
Un estudio de la empresa de reclutamiento especializado Robert Half de Chile, encuestó a más de 180 gerentes de empresas nacionales. De estos, un 70% evaluó positivamente la implantación del teletrabajo en sus compañías por el mejor desempeño laboral de sus colaboradores.
Con el home office se acortaron las distancias geográficas a un clic. Lo que permitió buscar talentos lejos de las oficinas, incorporar a gente de regiones y del mundo para encontrar esos colaboradores del área de la tecnología que se han vuelto tan escasos sin importar su procedencia.
La autogestión es una aptitud esencial para llevar adelante proyectos de esta categoría, puesto que ya casi no se cuenta con las reuniones presenciales, las conversaciones inmediatas o con un líder que guíe en terreno al equipo. Es por eso que en un ambiente 100% remoto es indispensable confiar en el equipo, generar lazos de confianza, responsabilidad: hacerlo una experiencia. Si los talentos no cuentan con esto, la cadena de valor de las empresas cae.
De acuerdo con el estudio, las plataformas de comunicación, las aplicaciones o servicios basados en la nube y la inteligencia empresarial fueron las tecnologías más utilizadas por primera vez en los equipos de trabajo durante la pandemia. Hoy, quienes mejor son valorados, son los que saben más y mejor sobre un tema específico. La especialización se vuelve un arma fundamental para mejorar las posiciones laborales, ofrecer un mejor servicio a los clientes: mantener un equipo feliz. Quienes respalden y soporten en la especialización a sus integrantes, están siendo visionarios.
En estos nuevos tiempos, se debe lograr una comunicación activa y para entender a los colaboradores es importante hacer coaching proactivo, tener planes de carrera y ofrecer crecimiento profesional a cada persona del equipo. Las empresas en las que un consultor entró para hacer una determinada actividad y lleva cinco años haciendo la misma tarea sin cambiar, está en vías de extinción. Hoy el mundo es ágil, dinámico y cambió. Todos están buscando desafíos para crecer profesionalmente y es fundamental que como empresas entreguemos oportunidades de surgir y adaptarse a esta nueva realidad en donde el término “employee experience” pesa más que nunca antes.
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